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TRATANDO CON LA ANSIEDAD

Sin duda, después de los eventos de los últimos 12 días, muchos estamos ansiosos y preocupados, llenos de temor. Hemos permitido que la ansiedad nos controle, en lugar de nosotros controlarla a ella. Ahora, ¿qué es ansiedad?

Ansiedad es “un estado de inquietud, temor e inseguridad causado por circunstancias pasadas, presentes o futuras.” Como humanos necesitamos cierto grado de ansiedad para vivir, pero demasiada puede afectarnos de una manera negativa.

Puede afectar:
– nuestros pensamientos.
– nuestra productividad.
– la manera en que tratamos a otros.
– nuestra salud.

ILL “Las úlceras no son causadas tanto por lo que comemos, sino más bien, por lo que nos come a nosotros.”

ILL Se probó en un estudio, que hasta un 70% de las enfermedades menores, son reacciones psicosomáticas a la tensión diaria, y pueden causar problemas muy serios.

– nuestra habilidad de confiar en Dios.

Tanto así, que Jesús en Mt. 6:25-34, nos da dos razones para no estar ansiosos y cinco consejos para controlar nuestra ansiedad.

I. RAZONES PARA NO SENTIR ANSIEDAD

1. El mismo Dios que nos dió la vida, puede
ser confiado con los detalles de la misma.
(v. 25)
2. Dios no ignora a aquellos que dependen de
él. (v. 32)

II. CONTROLANDO LA ANSIEDAD

1. Pon tus prioridades en su lugar. (Mt. 6:33)
a. ¿Qué significa “buscar primeramente el
reino de Dios y su justicia”? Volverse
primero a Dios para ayuda, llenar
nuestros pensamientos de sus deseos,
tomar Su carácter para nuestra vida, y
servirle y obedecerle en todo. ¿Lo
estás haciendo?
b. ¿Qué es realmente importante para tí?
Gente, objetos, metas, deseos… o Dios.

2. Vive un día a la vez. (Mt. 6:34)
a. Planificar para el mañana es tiempo bien
invertido; pero el preocuparse por el
mañana es tiempo perdido. ¿Porqué? Porque preocuparse evita que
pongamos lo primero primero.
b. No permitas que las preocupaciones por
el mañana, afecten tu relación con Dios
hoy.

3. Cambia tus preocupaciones en oraciones.
(Fil. 4:6-7)
a. Cuando comiences a preocuparte, detente
y ora.
b. ¿Quieres preocuparte menos? Ora más.

4. Toma acción
a. La diferencia entre la preocupación y la
inquietud, es que: la preocupación
inmobiliza pero la inquietud nos
mueve a la acción.
b. Asegúrate pues de que estás haciendo lo
que necesitas hacer y déjale el resto a
Dios.
c. No permanezcas en tus problemas, sino
ocúpate por aquello sobre lo cual tienes
control.
d. La preocupación es como un sillón de
mecer, te dará algo que hacer, pero no
te llevará a ningún lado.

5. Enfócate en las promesas de Dios y confía
en él.

ILL Un niño no se preocupa si su casa va a estar allí cuando salga de la escuela , o si sus padres tendrán comida para él en la noche. ¿Porqué? Porque confía en sus padres.
Nuestro Padre Celestial ha prometido proveer para nosotros lo que es mejor, y necesitamos confiar en que él lo hará.

1 Pedro 5:7; Sal. 55:22: Prov. 3:5-6

ILL Un doctor tenía que ponerle una inyección muy dolorosa a una niña de 4 años. Cuando ella supo lo que el doctor iba a hacer, se puso bien ansiosa y su cuerpo se tensó.
Cuando el doctor tomó la inyección y la niña la vió, miró a su papá. Al verlo, una expresión de seguridad y calma se reflejó en su rostro. Ella sabía que no estaba sola, y encontró consuelo en la presencia de su padre apesar de la prueba.

Lo mismo puede ser verdad para tí hoy.

CONCLUSIÓN

Solo en la presencia de Dios puedes encontrar consuelo, fortaleza y paz, pero necesitas darle el primer lugar en tu vida. ¿Como lo hacemos?
1. Volviéndonos primero a él para ayuda;
2. Llenando nuestros pensamientos de sus
deseos;
3. Tomando Su carácter para nuestra vida;
4. Y sirviéndole y obedeciéndole en todo.

Realmente, ¿lo has hecho? ¿Le has dado al Señor el primer lugar en tu vida? Sino, hoy es buen día para tomar esta decisión.

OREMOS


LLAMADO AL ALTAR

LLAMADO A SALVACIÓN