La santificación es el estado predeterminado por Dios para los creyentes, a los que por su gracia Él llama, y en aquel que comienza y persiste en su curso cristiano. Por ello recibimos el nombre de «santos», porque persistimos. La santificación es aquella relación con Dios en la que entran los hombres por la fe en Cristo y para la cual el único título que tienen es la muerte de Cristo.
Esta santificación es la voluntad de Dios para el creyente, y tiene que ser aprendida de Dios, conforme Él la enseña mediante su Palabra, y el creyente tiene que buscarla seria y constantemente.
C. ¿Cómo Ser Santos?
Dios dedicó a Israel para que fuera su pueblo. Son santos por su relación con El, que es un Dios Santo. Todo el pueblo es santo por ser miembros de la comunidad del pacto, independientemente de su fe y obediencia, Dios se propuso que esta nación santa fuera un sacerdocio real santo y linaje escojigo entre las naciones. Sobre la base de una íntima relación, Dios espera que su pueblo *****pla con sus elevadas expectativas para ellos, demostrando que era una una nación santa.
¿Que nos separa de la Santidad?
El pecado: innato (seducción hacia el mal o viejo hombre) y adquirido (decisión voluntaria de pecar/transgredir la voluntad de Dios; libre albedrío mal aplicado)
La dedicación del pueblo de Dios
Hay tres motivos para la pureza de la nación judía ya que serían tentados a seguir las repugnantes costumbres de sus vecinos paganos, pero estas verdades los motivarían a obedecer al Señor y abstenerse de contaminación. Estos mismos motivos nos son inherentes porque nosotros somos tambien pueblo de Dios:
a) ¿Por que buscar la santidad?
El pecado innato nos llevara, como creyentes, hacia el pecado adquirido y un corazón impuro nunca podrá ser llenado
44Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
Dios es un Dios santo. Si somos el pueblo de Dios y Él es un Dios santo, es lógico que vivamos en santidad. Las leyes dietéticas recordaban a los judíos que eran pueblo escogido, gente santa. Nuestra dieta no es alimenticia sino carnal y espiritual (vicios, pornografia, chismes, orgullos, etc.)
b) ¿De donde nos saco Dios y para que?
45Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
Nosotros eramos esclavos de Egipto (pecado). Dios nos redimió para sí. El Señor les recordada constantemente a los judíos que eran un pueblo redimido y que los había rescatado por su gracia y poder. Si no los hubiera redimido, aún serían esclavos en Egipto. El éxodo es una representación de la redención que tenemos en Jesucristo, porque Él es el Cordero Pascual sacrificado por nosotros. Si somos un pueblo redimido, debemos vivir en santidad para agradar al Dios que nos libertó.
c) ¿Qué quiere Dios de nosotros?
46Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra,
47para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
Dios quiere que su pueblo sea diferente. Estas leyes les enseñaban a los judíos que eran un pueblo especial para el Señor y se suponía que debían ser diferentes a las naciones que los rodeaban, que debían ser luz en oscuridad y sal en la insipidez. Debido a que la gente se olvidó de su deuda al Señor, empezaron a mezclarse con las naciones gentiles y a aprender sus caminos impíos. Dejaron de diferenciar entre lo santo y lo no santo, lo limpio y lo inmundo; y esto los llevó al castigo y al cautiverio. Por supuesto, hoy no hay diferencia entre el judío y el gentil, ni en condenación ni salvación. Los judíos y gentiles creyentes son todos uno en Cristo Jesús.
¿Como somos santificados? ¿Cuando y como se logra?
Pedir, consagrarse, tener fe
¿A traves de que y que hace?
A través del espíritu santo; limpia instantaneamente, da un amor puro hacia Dios, llena completamente con el Espíritu Santo
Es significativo que el Señor Jesús estableció una ordenanza para su Iglesia que involucra comer y beber. Cada vez que participamos del pan y de la copa, lo hacemos para recordarlo a Él y lo que hizo por nosotros en la cruz. La observancia de la Cena del Señor debe animarnos a ser un pueblo santo, agradecido y diferente a los del mundo.