16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.
17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.
18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura.
19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. «
PROSTITUIRSE O ENTRONIZAR A DIOS:
“Esa es la cuestión”. Esta es la opción del ser humano.
El profeta Oseas escribe en su libro lo que Dios siente por su pueblo prostituido (por que ha adorado a “dioses ajenos”) y aún debe pasar por el desierto para limpiar sus impiedades (Cap. 1, 2 y 3 de Oseas)
Porque dijo Jesús: “Ningún siervo puede servir a dos señores porque o aborrecerá al uno y amará al otro o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (mamón)”.-
Esta muy claro qué es lo que quiere Dios y lo dió a Israel como primer mandamiento, y lo manifestó a través de sus profetas: Luego lo marca y lo remarca el Señor Jesús todo el tiempo de su ministerio y aún después de su ascensión a los Cielos.
Aún en el huerto del Edén estaban los dos árboles: El Árbol de la Vida (que es un tipo de Jesús, a mi entender) y el árbol de la ciencia del bien y del mal (lo opuesto a Cristo).
En lo personal, antes de conocer al Señor libraba batallas entre dos frentes desconocidos.
Lógicamente las perdía porque no conocía a Dios y mal podía buscarle y encontrarle.
Pero aun así, El me buscó y me rescató.-
Hoy sigo librando batalla pero esta vez conozco cuáles son los frentes y del lado de cuál estoy.
Pero el enemigo es un sucio contrincante, porque batalla desde afuera y desde adentro, cuando se lo permitimos.-
Allí es donde existe mayor perversión, mayor prostitución de nuestra parte.
La única solución es vivir en oración y ayuno permanente, para que el Señor nos libre y nos guarde y estar siempre atentos a no caer en tentación.
Porque la tentación es sutil, es agradable a los ojos del ser humano, es conveniente en la medida de nuestra imperfección, de nuestras emociones, de nuestras necesidades.
Allí, en esos rincones actúa satanás si lo dejamos.
De este modo quitamos el trono a Jehová en nuestras vidas.
Hermanos debemos orar por la iglesia de Jesucristo, para que no nos encuentre dormidos cuando El venga.
Que no nos encuentre distraídos con luces de colores que son efímeras porque no son la Luz Verdadera.
(Bendiciones, Beatriz).-