Aunque en la actualidad ninguna iglesia puede recibir una carta de Jesús que tuviera la autoridad de las Escrituras, nadie tiene por qué permanecer ignorante de su voluntad. Jesús ya ha dictado siete cartas a las siete iglesias de Asia, y Él quiere ayudarnos a discernir el concepto que Él tiene de su iglesia (Ver Apocalipsis 1-3).
Jesús lo sabe
¿Qué fue lo que Jesús le escribió a sus iglesias, a las siete que representaban a todas las demás? Él sabía lo que sucedía. Sabía que estaban esclavizadas, que estaban admitiendo los pecados conjuntos, que estaban siendo atacadas, que necesitaban de aliento, que necesitaban un amor fuerte.
Nuestro Señor Jesucristo caminó, y está caminando entre sus iglesias. Él lo sabe todo; todas las áreas fuertes y débiles. La mayoría de las veces empieza su carta mencionando sus áreas fuertes, al menos las que son dignas de alabanzas. Entonces continúa con sus debilidades. Siempre, antes y ahora, el Jesús resucitado ha conocido a sus iglesias íntimamente. A cada una de las siete iglesias les dijo: “Yo conozco”.
Lo más impactante en las cartas de Jesús es su cercana presencia. En estas siete cartas tan breves Jesús dice más de 50 veces “Yo”, haciendo referencia a sí mismo. Él vive, es poderoso y tiene cuidado. Él no está confinado a un cielo remoto. Él no está ausente. Está presente, involucrado y activo. Cuando vayas a la iglesia el próximo domingo, cuando te reúnas con tus amigos cristianos durante la semana, cuando hables con otro creyente, cuando pienses que nadie se da cuenta, cuando Dios parezca distante… Jesús esta allí.
Una visión viva
Las siete cartas de Jesús en Apocalipsis están hechas con la idea y las verdades de una visión viva la cual le fue dada al apóstol Juan en la isla de Patmos. Juan se encontraba en el exilio en esta isla rocosa “…por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 1:9) En Apocalipsis 1:9-20, Juan recibió una visión de un ángel del Cristo resucitado y reinante. El simbolismo nos parece extraño pero el significado total está muy claro para los eruditos bíblicos. En términos sencillos, la visión nos dice que Jesús está vivo y ha sido exaltado al lugar más supremo de autoridad. Él ha conquistado a sus enemigos, incluso a los principados malignos de las tinieblas.
Jesús es puro, poderoso, lleno de una gloria radiante y posee los mismos atributos de Dios. Sin embargo Él está presente con su pueblo y muy atento a su iglesia. El profesor de Biblia, G. Campbell Morgan, nos da una ilustración verbal muy colorida de lo que enseña la visión sobre el Señor Jesús resucitado.
“Tomen esta figura y véanla una y otra vez hasta que la visión los capture en su maravilloso poder:
Su cabeza y sus cabellos blancos como la lana – su pureza y su eternidad-.
Sus ojos como antorchas de fuego – su conocimiento íntimo penetrando y horadando-.
Sus pies como bronce bruñido – significando el proceso de fuerza y pureza-.
Su voz como la del sonido de muchas aguas -un acorde de tonos perfectos-.
En su mano siete estrellas -su diestra administradora, poder y protección-.
En su boca una afilada espada de doble filo -veredictos fuertes y exactos en lo que respecta a su pueblo-.
Su rostro como el sol -creando el día, resplandeciendo luz, bañando todo el panorama con hermosura-.”
Los siete candeleros
La visión del Cristo crucificado, una vez crucificado pero ahora resucitado y reinando, lleno de pureza y poder, incluye dos símbolos más que el Señor mismo los separa para darles una atención especial. Lo primero que Juan vio en su visión fueron los “…siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al hijo del Hombre…” (Apocalipsis 1:12-13) . Al final de la visión se da el significado: “…Y los siete candeleros que has visto son las siete iglesias (Apocalipsis 1:20). Jesús el Hijo del Hombre “…anda en medio de los siete candeleros de oro…” (Apocalipsis 2:1)
. El Jesucristo resucitado se mueve entre sus iglesias. Esta es la cuestión: El mismo Jesús quien es revelado en la visión como grande en poder, y el conquistador de la muerte y del Hades, está inspeccionando sus iglesias. Creemos que el todopoderoso y glorioso Jesús está caminando por los pasillos de su iglesia. Está observando, animando, reprendiendo, pidiendo un cambio, motivando, prometiendo recompensa y dando advertencias de juicio.
Cuando las iglesias mueren o tienen un lapso en su eficacia, tendemos a pensar en una asistencia baja y en problemas financieros, falta de liderazgo o malos patrones de funcionamiento por luchas interiores. Rara vez hablamos de la verdad bíblica de que el Cristo bíblico podría estar ejerciendo sus juicios …“Y arrepiéntete… pues si no… quitaré tu candelero de su lugar…”(Apocalipsis 2:5)
Cuando las iglesias florecen y tienen ministerios efectivos que traen a muchas personas a Cristo, cuando edifican a su gente en Cristo y sirven a los necesitados en el nombre de Cristo, tendemos a alabar al pastor por tener un gran liderazgo y una buena predicación. Vemos a los líderes laicos consagrados en estas iglesias con respeto y admiración. Rara vez decimos que Cristo es aquel que les está recompensando por obedecer su Palabra. Sin embargo, en cada una de las siete cartas de Apocalipsis, Jesús dice: “…Al que venciere…, y luego promete una gran recompensa, normalmente una recompensa eterna.
Las siete estrellas
Otros símbolos que el Señor Jesús separa para que se les dé una atención especial son las siete estrellas. Jesús mismo lo explica de la siguiente manera: “Las siete estrellas son los ángeles de la siete iglesias…”(Apocalipsis 1:20). Por favor, hagan aquí una nota mentalmente que los ángeles son algo tan literal como las iglesias. En otras palabras, de la misma manera en que los candeleros representan a las iglesias, así las estrellas representan a los ángeles. Los ángeles no son el símbolo sino más bien la explicación del símbolo. Creemos que son ángeles reales, no símbolos de mensajeros humanos. Los ángeles están allí realmente.
Este artículo ha sido tomado del libro:
Libertando a su iglesia
por Neil T. Anderson y Charles Mylander
ISBN 0789901684
Editorial Unilit
Un plan bíblico que ayudará a su iglesia a ser todo lo que Dios quiere que sea. Una guía para liberar a su iglesia de las heridas del pasado.