LAS PROMESAS DE LA LLUVIA TEMPRANA Y LA TARDÍA

APOC. 2: 7b: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
APOC. 2:11: “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.”
APOC. 2: 17b: “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
APOC. 2:26 AL 28: “2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
2:28 y le daré la estrella de la mañana.”
APOC. 3:5: “3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”
APOC. 3:12: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
APOC. 3:21: “3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
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LAS PROMESAS DE LA LLUVIA TEMPRANA Y LA TARDÍA

En mi vida, estos textos son la confirmación del momento cuando sentí que Señor me decía “recibirás tu recompensa”.

Reconozco que al principio temí cuando escuché eso, porque pensé que Dios siempre tiene otra medida para medir lo que necesitamos respecto de lo que nosotros creemos que merecemos. Le contesté: “Señor, solo espero que se cumpla en mi tu voluntad. Derrama tu misericordia y perdóname por ser tan insistente cuando te pido que cumplas tus promesas en mi”.- Pero conversando con mi amiga y líder me dijo que eso era bueno y que sigamos orando al Señor por aquello que viene en camino.-

El Señor solo quiere que no quitemos nuestra vista de Él. “Al que venciere…”. El Señor aquí nos deja siete promesas maravillosas, que son los galardones de los hijos de Dios obedientes y adoradores del Único Señor de Señores. Y la “lluvia temprana y la tardía” son dos tipos de bendición, diferentes:

A mi humilde entender, LA TEMPRANA: tiene que ver con la salvación de nuestras almas. Tiene que ver con la vida eterna. Es la primera lluvia que recibimos del Espíritu Santo, por medio del Sacrificio en cruz de nuestro Señor Jesucristo.- Y LA TARDÍA: Es el galardón de la perseverancia nuestra. O sea: “Al que venciere….”.

Bien dicen los hermenéutas que la palabra de Dios es escritura perfecta, porque es sabiduría de Jehová. Y aquí el Señor me muestra que es así.-

MUCHAS BENDICIONES. Beatriz.-
(victoriosa70v7)