Así que a Adán se le recuerda como desobediente a través de los años, su “consecuencia” fue el haber desobedecido y dejado a Eva sola en, no sé que parte del jardín del edén, pero el caso es que desobedeció.
Y si Adán fue el primer hombre desobediente, Cristo fue el primer Hombre obediente, por Adán entro la muerte, y por Cristo huyó la muerte y llegó la vida eterna, por Su obediencia.
Varios hombres fueron obedientes, pero ninguno con el peso de obediencia que llevo Cristo en la cruz:
Hombre obediente: Moises
“Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.”
Levítico 26:13
Dios le estaba dando su promesa a Moisés, por haber oído y guardado sus mandamientos.
Otros hombres obedientes:
Moises obedeció al señor Jehová. Y Dios le respaldo por mucho tiempo.
“Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios”.
Zacarías 6:15
Veremos en estas clases más hombres de Dios obedientes!
pedro, obedeció también al señor Jesús cuando le llamo El señor a pedro, ¿te acuerdas cuando?
R= si, en la playa cuando estaba pedro con su hermano Andrés!
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia”
1 pedro 1: 14
Ahora ya casi estamos seguros que no estamos en la ignorancia de que es obedecer y lo que es desobedecer. Y sabemos que hay consecuencia de que desobedecemos:
Sabemos que Dios no respalda la desobediencia de los hombres, pues Jesucristo no obedeció a medias, ni derramo “la mitad” de su sangre en la cruz, por la “mitad” de los pecadores, Él hizo un sacrificio perfecto y único de obediencia en la cruz.
siempre tendremos el gane cuando obedecemos, no así cuando no obedecemos, porque dice la palabra de Dios que su ira se revela desde el cielo, contra la impiedad e injusticia,
Vamos a ver algunos obedientes de Dios:
Abraham: del hebreo = padre de muchos. Su nombre fue cambiado por Dios de Abraham a Abraham (gen. 17,5). Pasó a ser el prototipo de la fe, sobre todo en el nt. Elegido por Dios para ser portador de la promesa de los hijos de Israel y para todos los hombres (gén 12, 1 y ss; 15-18). En el NT todo creyente, por la fe, puede convertirse en hijo de Abraham (Gal. 3, 7. 29).
Ageo: es un profeta que obra en tiempos nuevos, los tiempos del post-exilio, hacia los años 520 a. c. pasadas las pruebas del destierro y de la destrucción de Jerusalén, la comunidad debe pensar en reconstruir la patria comenzando con el templo. A esta animación se dedica el profeta.
David: ver hijo de David. Rey teocrático de Israel, consolidador de la federación de las tribus israelitas. Durante su reinado se inició la expansión y afirmación de Israel como nación.
Elías: profeta de primera línea de Israel. Asiste, junto con moisés, a la transfiguración del señor y debía preceder a la venida del Cristo, por lo que Juan el bautista se inspiro en Elías. (LC. 1, 17)
Ezequiel: sacerdote joven, llevado a caldea, entre los diez mil deportados del primer sitio de Jerusalén en el año 598 a. c. (2r 24, 14). Allí fue llamado a la profecía (ez 1 y 2). Investiga profundamente una sociedad en decadencia y la considera en extinción, al mismo tiempo que vislumbra una nueva época surgida de esas ruinas en que reinará la justicia. (ez 11, 22-24; 36 y 37; 40-48).
Jacob: según la antigua tradición es el nombre de un patriarca. A él los Israelitas hacen remontar sus orígenes. La expresión casa (o hijos) de Jacob pasó a tener el mismo sentido de casa (o hijos) de Israel. Hijo de Isaac y rebeca y gemelo de Esaú a quien usurpó la primogenitura mediante engaño por consejo de su madre.
Jeremías: profeta muy discutido en Israel porque durante cuarenta años (628-568) estuvo en continuo conflicto con sus compatriotas, con sus jefes, con los sacerdotes y falsos profetas. El libro de jeremías tiene muchos datos personales y encierra sus confesiones. Jeremías no oculta su alma ni las crisis interiores por las que pasó. El libro encierra cuatro partes: 1) profecías contra jerusalén (1-25); 2) profecías contra las naciones (46-51); 3) anuncios de felicidad (29-35); y 4) sufrimientos del profeta (36-45). Anuncia con todas sus fuerzas una nueva alianza (31, 31-34).
Este es un pequeño ejemplo de hombres de Dios obedientes, que eran como tú y como yo, así que también aquí añadiremos tu nombre y el mío!
Porque declaramos que estaremos inscritos en el cielo como obedientes a la voz de Dios y a su palabra!
Bendecidos y Prosperados!
Raymundo Perez