La autoridad del creyente.
El termino autoridad a como yo lo puedo percibir es un estado de superioridad, supremacía, potestad, dominio y poder sobre lo espiritual así como sobre lo carnal como lo dicen las escrituras en: 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios, espíritu de cobardía sino de PODER, amor y de dominio propio”, Lucas 10:19 “Os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones”, etc.
La autoridad de Dios delegada a Moisés se mostró cuando su vara se convirtió en serpiente, cuando se convirtió el mar en sangre, cuando se partió el mar para dar paso al pueblo de Dios, cuando las palabras emitidas por Josué causaron un alto a la rotación de la tierra y la luna. Jesús cuando calmo la tempestad, al morir en la cruz Jesús demostró autoridad sobre sus deseos de parar su propio sufrimiento al no pedir ángeles que lo bajasen de la cruz y porque no, aun que se encargasen de vengar su sufrimiento o al no ingerir la hiel que era un narcótico sedante y al sujetarse a la voluntad de su padre a tal extremo. En lo espiritual lo podemos ver con nuevamente Jesús que es el ejemplo perfecto, al echar fuera demonios, al sujetar enfermedades, etc.
Muchas veces adquirimos la tendencia de pensar que tener autoridad es una cosa de dar ordenes solamente; y si, el dar ordenes es parte del disfrute de una posición de autoridad pero la autoridad esta sujeta a la obediencia y al sacrificio que estemos dispuestos a ejecutar o llevar, como lo hizo Jesús, que sabia a lo que vino y porque sabia en su naturaleza carnal le pidió al padre que si era posible que pasara de el esa copa, pero allí mismo donde estaba postrado le dijo al padre al que le estaba pidiendo, “mas no se haga mi voluntad sino la tuya” como lo dice en Mateo 26:39.
La sujeción y múltiples sacrificios de Jesús mientras anduvo en medio nuestro fue lo que lo hizo alcanzar tal autoridad entre los hombres así como en lo espiritual, el hallo gracia delante de su padre y su padre lo recompensaba con su respaldo. Así como Jesús logro estas cosas, el nos dice que haremos aun mas grandes, claro no creo que lleguemos al punto de ser varón perfecto como el (esa debería ser nuestra meta), pero si a lograr manifestar la autoridad de Dios en nuestras vidas como el lo hizo, al ser hombres y mujeres sujetos a sus mandatos, a ser de testimonio para los que nos rodean y no ensuciar su evangelio, a sujetar nuestra carne al espíritu, etc.
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” Mateo 28:18-20. En la Gran Comisión Jesús entrega su potestad a los discípulos para que sigan haciendo nuevos discípulos, llevando la Palabra a toda criatura y dando a conocer las Buenas Nuevas, el evangelio de Jesús; pero sujetos a EL, en obediencia incondicional.
En pocas palabras LA OBEDIENCIA; EN CRISTO, NOS DA AUTORIDAD Y LA AUTORIDAD EL MANDO Y RESPALDO DE DIOS
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