Desarrollo:
A. Se requiere vigor para proclamar el evangelio.
v.1 El Discípulo debe esforzarse, o sea empeñarse (echarle ganas) en *****plir la comisión que se le ha delegado. La gracia o bondad de Dios le darán las fuerzas para seguir adelante. Todo en la vida tiene un precio y no hay ganancia sin dolor.
v.2 Debemos enseñar lo que se nos ha enseñado con exactitud y fidelidad. La doctrina apostólica no debe ser adulterada, distorsionada o incompleta. Recordemos que el orden del discipulado es: llamados, sentados y enviados.
Se debe preparar a otros para que hagan lo mismo. Pero estos deben ser hombres fieles o sea “hombres que correspondan adecuadamente a la responsabilidad que se les delega”. Idóneos quiere decir que tengan la capacidad o habilidad para enseñar.
B. El predicar la gracia provoca conflictos.
v.3 Pablo le dice a Timoteo que debe soportar la oposición juntamente con él, como un buen soldado de Jesucristo.
C. Exigencias o requisitos para obtener el éxito en la obra de Dios.
v.4 Separación (apartado). El soldado cristiano (el que milita o está en servicio activo) no debe estar enredado en los placeres mundanos o en los negocios de la vida civil, pues su única meta debe ser agradar al Señor. (Hebreos 12:1).
v.5 Disciplina y obediencia a la Palabra de Dios. Es la figura del atleta que corre según las reglas del juego. Debe de luchar legítimamente y también de abstenerse de muchas cosas para alcanzar el premio ofrecido. (1 Corintios 9:25-27).
v.6 Trabajo y esfuerzo. Es la figura del esforzado labrador que debe trabajar primero si quiere gozar de los frutos de su trabajo. Debe arar, sembrar, regar, fumigar, limpiar, cuidar y luego cosechar. Se requiere de paciencia y tenacidad.
D. Se requiere de sabiduría y de revelación para entender el propósito de Dios.
v.7 Debemos de aprender a meditar y a reflexionar con la ayuda del Espíritu Santo para entender la Palabra de Dios. Antes del poder y de la autoridad debemos recibir sabiduría y revelación de Dios para saber cual es su voluntad. (Efesios 1: 15-19).
E. Conclusión.
Aunque la salvación es un regalo de Dios por medio de Jesucristo. Hacer Su obra requiere del auxilio del Espíritu Santo y de nuestro trabajo esforzado.