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EN VALLE DE SOMBRA DE MUERTE

Hermanos, podemos ver en la Biblia de personas que han atravesado el valle de sombra de la muerte. Nuestro antepasado, Abraham a los 75 años recibió la llamada de Dios y partió de Ur de los caldeos hacia Canaán; mas lo que le esperaba allí era el valle de sombra de muerte. Pues, él partió con sumo orgullo hacia la tierra que Dios le había enseñado, con su esposa, sobrino, parientes, y siervos; mas le esperaba una tremenda hambre. El lugar estaba seco y sin agua por el calor del sol. Sus parientes dejándole se dispersaron, los animales morían por la sequedad, lo que le quedaba era su esposa, sobrino y las manos vacías. Él estaba atravesando el valle de sombra de muerte; él para huir de esta situación fue a Egipto, allí perdió a su esposa y estaba viviendo una vida de soledad, de una experiencia del valle de sombra de muerte. Sin embargo, Dios levantó a Abraham, después que él atravesó el valle de sombra de muerte, en donde experimentó la muerte de su interior, y fue contado por justicia. “Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar” dice la Biblia sobre Abraham. Dice que estaba él casi muerto, es decir, él estaba pasando el valle de sombra de muerte.

Asimismo Isaac, atravesó el valle de sombra de muerte. Isaac fue un hijo que obtuvo Abraham a los 100 años; pero Dios pidió que lo ofreciera en holocausto en el monte de Moriah, entonces Isaac tenía unos 20 años. Esto sí que fue el valle de sombra de muerte para ambos. Caminaron tres días y cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham tomó a su hijo para ofrecerlo en holocausto. Ató a su hijo y lo puso en el altar sobre la leña, tomó el cuchillo para degollar a su hijo; entonces se escuchó una voz del cielo que le decía “Abraham, Abraham, no extiendas tu mano sobre el muchacho” si Dios no le hubiera detenido, él lo habría degollado; esto es el valle de sombra de muerte. Pero por la obediencia, Dios derramó sobre la vida de Isaac bendiciones, gracias, y amor interminablemente. Hermanos, si vemos la vida de Jacob y su experiencia en el arroyo de Peniel, también podemos decir que él atravesó el valle de sombra de muerte. Él vivió durante 20 años como siervo en casa de su tío Labán. Luego de decidirse tomó a sus mujeres e hijos para regresar a casa de su padre, mas en el caminó escucho rumor de que su hermano Esaú, venía en pos de él con 400 hombres. Su tío le tenía amenazado que si regresaba no le dejaría vivo, por otro lado estaba su hermano que venía en pos de él para quitarle la vida. Pues, era una situación trágica. Así que mandó primeramente a su familia que cruzara el río y él se quedó de este lado del río para ver qué sucedería, mas en la noche luchó con un varón de Dios hasta que rayaba el alba. Era una lucha de supervivencia, pues se decían: Cruza tú también junto a tus mujeres e hijos. No, no puedo; aunque mis mujeres y mis hijos perezcan allí, yo debo sobrevivir de esta situación. Así que la lucha duró toda la noche; mas por la desobediencia de Jacob, el varón tocó el encaje de su muslo y se descoyuntó el muslo, dejándole cojo. De manera que ahora le era imposible huir de su hermano ni de su tío; estaba atravesando el valle de sombra de muerte. Ahora sólo le quedaba dejar todo en las manos del Señor, sea muerte o vida, sea prosperidad o fracaso.

Así, pues, tomó la decisión y cruzó el río para estar junto a sus mujeres e hijos, para hacerle frente a su hermano. Esaú venía con 400 hombres para destruir a su hermano menor, pero al ver a su hermano que se acercaba hacia él cojo, se conmovió a misericordia, Esaú se bajó del caballo, corrió a su hermano y le abrazó y se echó sobre su cuello y le besó y lloraron. Después que Jacob atravesó el valle de sombra de muerte, Dios derramó su gracia sobre Jacob. Si miran la vida de José nos daremos cuenta de otra vida que atravesó el valle de sombra de muerte. Él a los 17 años fue vendido por sus hermanos como esclavo a Egipto. Sufrió 13 años de dolor indescriptiblemente. Trabajando en casa de Potifar como esclavo, recibió muchos tratos no digno de un ser humano, atravesó el valle de sombra de muerte interiormente, no sólo eso, también fue calumniado de ultrajar a la señora del amo de la casa; fue encarcelado, pasó más de dos años allí sufriendo interiormente dolores incontables. Pero después que él atravesó el valle de sombra de muerte, Dios lo alzó a gobernador de Egipto. Moisés, a los 40 años queriendo ayudar a un israelita en apuros, cogió menosprecio de Faraón, de modo que ya no pudiendo permanecer más en el palacio huyó de su presencia. Desde entonces habitó en el desierto de Madián durante 40 años. El lugar estaba desolado y solitario, sólo se escuchaba los sonidos de vientos y él estaba allí cuidando ovejas como pastor, lloraba por su situación, experimentando la muerte. Pareciera que todo el desierto de Madián era su sepulcro; pero después que él atravesó esta muerte interior, Dios llamó a Moisés en Horeb, en una zarza, derramó sus bendiciones y le entregó una vara para que sacara al pueblo de Israel, a la tierra de Canaán donde fluye leche y miel, quienes estuvieron esclavizados durante 430 años en Egipto. Así se convirtió Moisés en un magnifico líder a sus 80 años. Todo esto fue posible, porque cada uno de ellos atravesó el valle de sombra de muerte.

¿Por qué Dios habrá permito que ellos atravesaran el valle de sombra de muerte? ¿Por qué no derramar sus bendiciones así nada más? ¿Por qué debemos nosotros atravesar el valle de sombra de muerte, sea grande o pequeña? Primero, Dios para hacernos comprender que nosotros no somos dueños de nosotros mismos, nos hace atravesar el valle de sombra de muerte. Cuando Adán y Eva tomaron del fruto del bien y del mal, fueron porque ellos querían ser dueño de sí mismo y no querían permanecer en calidad de siervo. En el Universo existe un solo dueño y ese es Dios. Dios sintió un amor especial por Adán y Eva, mas no permitió que ellos se sublevaran la orden de su estado de siervo a dueño. De manera que Dios claramente manifestó que de todo árbol del huerto podrían comer más no del árbol de la ciencia del bien y del mal, el día que comiere de ella ciertamente morirás. El árbol de la ciencia del bien y del mal, es un árbol que representa la autoridad del dueño, sólo el dueño puede determinar lo que es bien y mal; y el siervo sólo sigue a su determinación. Sin embargo, Adán y Eva comieron del fruto, deseando ser igual a Dios, quisieron dejar de siervo para ser dueño como Dios. Desde entonces el mundo está en una lucha interminable entre Dios y el hombre, el segundo queriendo tomar el lugar de Dios. Pero no pudiendo existir dos dueños en el mundo, de modo que Adán y Eva fueron echados del huerto del Edén por su desobediencia. Desde entonces los descendientes de Adán y Eva, desde el día que es concebidos en el vientre de la madre están corruptos, y llegan al mundo en el mismo estado y vive la vida en la misma situación. Ellos son pecadores, mas quisieron ser dueños; desobedeciendo a Dios quisieron por sí determinar el bien y el mal, desearon vivir conforme a su voluntad. Aunque Dios diga al hombre, esto es bueno, él le niega; si Dios le dice que está mal, él no le hace caso. Está en constante disputa con Dios, competencia con Dios, deseando ser dueño del mundo. Y Dios no pudiendo más aceptar al hombre en este estado los echó del huerto del Edén, desde aquel día el hombre está padeciendo interminable dolor y tristeza.

En Isaías 1:2-4 nos dice: “Oíd, cielos y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados¡ Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás” El hombre dejando a Dios, está viviendo de humanismo, en hombre centrado. Dice el Señor “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” De manera que el hombre para ser transformado, quebrantado para la obediencia deberá primeramente atravesar el valle de sombra de muerte. Atravesando el valle de sombra de muerte, se despojará del hombre viejo, para volver a nacer en una nueva criatura, para servir a Dios como hijo suyo. Esta travesía no se logra mediante educación ni entrenamiento sino solo matándose a sí mismo. Cuando Dios desea derramar sus bendiciones y usarnos como instrumento suyo, nos hará atravesar el valle de sombra de muerte. En Salmos 123: 1-2 tenemos: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos, he aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros” El dueño tiene toda potestad para determinar lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo; nosotros debemos solamente mirar al dueño en espera. Lo que se determine debemos seguirlo calladamente ya que nosotros no tenemos autoridad sobre la determinación. De manera que, nosotros fuimos creados en calidad de siervo de Dios, para mirar y esperar en él; no podemos como tal hacer lo que nos plazca. Si Dios nos dice ve a la derecha, debemos ir hacia la derecha; si nos dice ve a la izquierda, debemos ir hacia la izquierda. La decisión lo toma Dios y nosotros sólo le obedecemos; para eso, Dios nos hará atravesar el valle de sombra de muerte.

Segundo, Dios nos hará atravesar el valle de sombra de muerte con el objetivo de llevarnos al arrepentimiento de nuestros pecados. Cuando el hombre está cómodo no reflexiona y vive la vida conforme a su voluntad. Sin embargo, cuando atraviesa el valle de sombra de muerte, cuando le llegue tribulación y dolor, empieza preguntarse ¿qué he hecho mal? Cuando el hombre atraviese dolor y tribulación, empezará a reflexionar sobre sus faltas, se preguntará en qué desobedeció a Dios. Pero gracias a Dios, porque estas situaciones son oportunidades que Dios nos entrega, para que mediante la enseñanza del Espíritu Santo podamos arrepentirnos de nuestros pecados. Por tanto, no es bueno que nuestros días sean siempre cómodos; para que nosotros reflexionemos de nuestra vida y seamos transformados son necesarios de vez en cuando tribulación y dolor, asimismo atravesar el valle de sombra de muerte. En Ezequiel 18:30-32 nos dice: “Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis” Dios desea que nosotros nos apartemos del camino del pecado mediante arrepentimiento, al camino de vida; con esto nos damos cuanta que las tribulaciones son de gran ayuda para nuestra vida. Ya que cuando atravesemos el valle de sombra de muerte, ella será una oportunidad para nuestra vida de arrepentirnos y apartarnos del camino del pecado.

Tercero, atravesamos el valle de sombra de muerte para tener una fe pura. Cuando pasamos por el valle de sombra de muerte, nuestros ojos no verán nada, nuestros oídos no oirán absolutamente nada, y nuestras manos no palparán nada; en fin será totalmente desesperante. Nadie nos brindará ayuda, aún nuestros mejores amigos nos dejarán solos y nuestros parientes nos abandonarán. Estaremos solos en el pantano de la muerte. En una situación como esta no tenemos a quien recurrir, sino a Dios. Todo lo que creíamos tener nos abandonarán, sabiduría, inteligencia, conocimiento, capacidad, todos nos dejarán y estaremos como el gusano enlodado en el polvo de la tierra. Pero cuando nos encontremos en esta situación, es momento de mirar sólo a Dios, buscar sólo a Dios y depender solamente en él, con una fe pura.

De modo que Dios nos hace atravesar el valle de sombra de muerte para entrenarnos a poseer una fe pura. Porque el hombre es un ser ladino, si encontrara de dónde agarrarse lo haría sin dar mayor importancia; pero cuando no encuentre nada dependerá enteramente de Dios. En Santiago 1: 2-4 nos dice: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” Atravesamos el valle de sombra de muerte de tribulación, para que después de tener nuestra fe pura, Dios pueda derramar sus bendiciones y gracia sobre nosotros. Aunque declaremos tener fe, esta fe está turbio, pero después de pasar por el valle de sombra de muerte se afirmará en una fe pura y ardiente. Cuarto, atravesamos el valle de sombra de muerte para mostrar la gloria de Dios. Porque cuando estamos padeciendo tribulación y pruebas difíciles, el poder de Dios se manifestará. El pueblo Israel estuvo en medio del mar Rojo y del ejército de Faraón, sin esperanza y sin camino de escape, pero allí se manifestó el poder de Dios. Dios dividió el Mar Rojo y rescató al pueblo Israel. De manera que las tribulaciones son una oportunidad para Dios de manifestar su poder sobre nosotros. Porque si nos encontramos confortables y en paz no hay necesidad ni razón para que Dios manifieste su poder. Pero cuando estamos padeciendo tribulación, clamamos y oramos a Dios y él con su poder y autoridad nos rescatará de la situación para manifestar su gloria.

El pueblo Israel, después de salir de Egipto padeció mucho en el desierto; su trayectoria estuvo llena de tribulación y pruebas difíciles, pero gracias a estas situaciones difíciles, la Biblia nos habla de los prodigios y milagros que realizó Dios en el desierto. La gloria de Dios se podrá manifestar perfectamente mediante el sufrimiento del hombre; ya que el valle de sombra de muerte es para Dios una oportunidad de manifestar su gloria. La desesperación del hombre es para Dios el comienzo de un milagro. Para Dios es el punto de partida hacia la esperanza. De manera que usted, hermano, cuando esté padeciendo tribulación tenga presente que llegó la oportunidad de Dios de manifestar su gloria. Cuando Lázaro estuvo muerto, el Señor dijo “si crees, verás la gloria de Dios” Porque Jesús resucitó a Lázaro, recibió de Dios gloria. En Salmos 138:7 nos dice: “Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra” Por tanto, la tribulación es para nosotros una oportunidad de experimentar la gloria de Dios. La Biblia entera habla sobre los hombres que han padecido tribulaciones y cómo Dios les libró de todas ellas, manifestando su gloria.

Quinto, atravesamos el valle de sombra de muerte para preparar nuestro vaso para mayor gracia y bendición. La Biblia nos habla que nosotros somos vasijas de barro. De modo que Dios forma con el barro una vasija; al atravesar el valle de sombra de muerte, Dios nos quebranta para hacer de nosotros una vasija digna de él. Así la tribulación y pruebas difíciles son para nosotros una señal de transformación. En tiempo de sosiego no somos transformados; mas cuando padecemos de tribulación y pruebas difíciles, o estamos atravesando el valle de sombra de muerte, somos quebrantados y moldeados en las manos de Dios para una vasija nueva. Él nos moldeará conforme a su uso y propósito, para derramar en nosotros mayor bendición y gracia. Por tanto ¡Cuán importante es la transformación¡ Porque es necesario que Dios nos quebrante y nos moldee, para hacer de nosotros una vasija digna y preciosa de su uso.

El alfarero primeramente toma el barro, lo lava y lo rompe. Lo coloca dentro de una máquina, donde el barro sale blando, y luego lo colocan sobre un aparejo para formar una vasija. Asimismo, el valle de sombra de muerte es para nosotros un procedimiento, para quebrantarnos totalmente hasta llegarnos a ser blando, luego Dios formará de nosotros una vasija digna de su uso. De manera que debemos aprender a soportar estos dolores, ya que después de quebrantar totalmente nuestra porfía, Dios derramará su gracia abundantemente.

En Hebreos 12:8-11 nos dice: “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos. Ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Si Dios nos hace atravesar el valle de sombra de muerte es porque él quiere primeramente disciplinarnos para luego derramar su gracia y bendición.

Por tanto hermanos, nosotros ciertamente pasaremos por el valle de sombra de muerte; pero si está acompañado del Señor podrá decirse “Aunque ante en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” No estamos solos en el valle de sombra de muerte, el Señor está con nosotros para transformarnos con su sabiduría y poder. Será una fábrica de cambio, será una sala de espera para una nueva esperanza. Hasta el Hijo de Dios, Jesús, también atravesando el túnel de la muerte, experimentó la gloria de la resurrección. Si él no hubiera padecido la muerte tampoco habría una resurrección gloriosa. Si Jesús no hubiera atravesado la muerte, no hubiera redimido para el pecado del hombre, mucho menos echar al mundo y el demonio; si él no se hubiera atravesado la muerte no hubiera tomado nuestra tristeza ni enfermedad, ni quitar la maldición y pobreza que habita en medio de nosotros, como tampoco hubiera derribado la muerte y el Seol. Gracias a Dios, porque el Señor atravesó la muerte, todos ellos fueron pagados, liquidados, conquistados y superados; pudiendo así levantarse en una resurrección gloriosa. Siendo así, hoy día, la fuente de justicia, la fuente del reino de Dios y del Espíritu Santo, la fuente de gozo y de esperanza, la fuente de bendición y prosperidad, y la fuente de vida eterna y del reino de Dios. Cuando Jesús atravesó el valle de sombra de muerte, al momento fue dolorosa y muy difícil de soportar, pero gracias a su obediencia, hoy nosotros gozamos de un nuevo destino y de una esperanza. Hermanos, el valle de sombra de muerte es una oportunidad para nosotros de despojarnos del viejo hombre. El hombre viejo no es posible despojarse mediante estudios, esfuerzos, ni con entrenamientos de moral, mas atravesando el valle de sombra de muerte empezará a despojarse del viejo hombre, volviendo a nacer, a vestirse de una ropa gloriosa y tener una vida nueva. Solamente cuando es transformado conforme a la voluntad de Dios, en un servidor de Dios, gozará de gran bendición, luego de pasar por el valle.

Si llega a usted, hoy, una pequeña muerte, habrá una pequeña resurrección; si llega una gran muerte, le llegará una gran resurrección. Pequeña tribulación promete pequeña bendición, gran tribulación gran bendición. Cuando enfrentamos tribulación, también viene una bendición igual o mayor que ella. De modo que no hay sufrimiento sin sentido, ni valle de muerte sin objetivo. Dios tiene siempre meta y plan para nosotros, así en su perfecto plan nos hará atravesar el valle de sombra de muerte, para luego transformarnos a una nueva criatura, capacitándonos para una vasija de barro para recibir mayor bendición.

Oración
Dios llenos de amor y santo, nuestros antepasados cristianos, atravesaron grandes y pequeñas tribulaciones y valle de sombra de muerte, y por ellos fueron transformados.A nosotros también nos llega valle de muerte y nos trae desesperación y angustia; pero también sabemos que esta es una oportunidad para ti de transformarnos para formar a una vasija nueva, para luego derramar tu gloria y bendición. Ayúdenos Padre Celestial, cuando estemos atravesando el valle de sombra de muerte, a no perder la esperanza ni estar desesperado, mucho menos angustiado, sino mirar la esperanza, creer en Dios, y cantar alabanzas a tu nombre. Ayúdenos a saber que el que persevera, el que tiene fe y alaba a tu nombre, ciertamente recibirá tu gloria y bendición. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.

Oración por sanidad divina
Dios Todopoderoso oramos en el nombre de Jesús de Nazaret, extiende, oh Dios, tu mano misericordiosa y toca a cada uno de ellos, toca la enfermedad física y del espíritu. Sabemos que las enfermedades no son para tu gloria. Las enfermedades no son lo que tú deseas para tus hijos, lo que tú deseas es sanar a tus hijos de todas ellas, de manera que mediante Jesús nos sanaste de todas enfermedades. Porque Jesús llevó toda nuestras dolencias y debilidades en la cruz. Porque tú fuiste azotado por nosotros y somos sanados. Oramos en el nombre de Jesús de Nazaret, sana todas las enfermedades. Destruye el poder de las tinieblas, sana desde la corona de la cabeza hasta las plantas de los pies, destruye la obra del diablo inmundo, con el poder de fuego del Espíritu Santo sánanos. Ordeno en el nombre de Jesús de Nazaret que toda enfermedad y dolor salga del cuerpo de los hijos de Dios, sal, sal, vete de aquí, recibe sanidad en el nombre de Jesús.

Jehová, hoy tus hijos han venido con trabajos y cargas, tómalos. Aunque pases por valle de sombra de muerte ayúdenos oh Señor para que seamos quebrantados y moldeados a tu imagen. Ayúdenos a vivir conforme a tu voluntad. Haznos una vasija de tu bendición, y abre las puertas del cielo y derrama tus bendiciones abundantemente. Resuelve asimismo los problemas individuales, del hogar, de los hijos, de los trabajos, llénalos de las bendiciones de Abraham, quitándoles de su vida espina y cardo. En el nombre de Jesús derrama tu felicidad, favores y bendiciones. Oh Señor que todos nosotros seamos lleno del Espíritu Santo, porque sólo con la consolación del Espíritu Santo podemos vencer las adversidades de este mundo, por tanto pedimos Señor que nos cubra con el Espíritu Santo, llénanos con el Espíritu Santo, llénanos, llénanos del Espíritu Santo. Oh Padre todos nosotros tenemos tu reino dentro nuestro, de modo que pedimos gozar de ella y tener una vida de victoria tras victoria, oramos en el nombre de Jesús. Amén.