Alguien que fue ayer, que es hoy, y que siempre será por los siglos tiene que ser Dios ¡Jesucristo es Dios! Jesucristo estando hoy, no tiene ayer, ni mañana, porque El es el eterno presente. Su hoy es eterno. Tú estás viviendo en el hoy de Dios, ¿Por qué? Porque en El vivimos, nos movemos, y somos (Hechos 17:28). Por Cristo vivimos hoy, nos movemos hoy y somos hoy.
Para Cristo aquello que fue, ya es; y aquello que ha de ser; fue ya (Eclesiastés 3:15). Lo que ayer paso, era el hoy de Dios; pero para nosotros fue el ayer. Cuando tú tienes la mente de Cristo, tienes también el lenguaje de Cristo. El idioma de Cristo es el hoy. Colosenses 3:11 dice que “Cristo es el Todo y en Todos”, ¿Por qué? Porque Apocalipsis 21:3 nos dice que “el tabernáculo de Dios es con los hombres”. Si Cristo vive en ti, y El es el eterno hoy, entonces, ¿En qué día estás viviendo? En el día de Dios, en el hoy de Dios. Por eso, 2 Corintios 6:2 dice “he aquí ahora el día de salvación”.
¿Por qué tú eres un salvo siempre salvo? Porque tú vas de día en día en el día de salvación. Todos los días tu eres salvo, porque tú salvación está en el Cristo que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Mientras exista el eterno hoy de Dios eres salvo siempre salvo. Esto es cuestión de fe. En Cristo vivimos salvos, nos movemos salvos y somos salvos.
Dios ha determinado un día ¡hoy! Para ti. ¿Qué será de ti en el mañana? Será el hoy de Dios. ¿Qué será el domingo tal del año 2020? Será el hoy de Dios. Diga conmigo: Hoy es el día, mañana es el día, porque yo siempre estaré en el día de Dios. Como hoy es el día de Dios, no puedes estar en el pasado. Isaías 43:18 dice “no traigas a memoria las cosas pasadas ni antiguas”. Tú no tienes pasado, porque 2 Corintios 5:17 dice que “el que está en Cristo, nueva criatura es y sus cosas viejas pasaron y en El todas son hechas nuevas”.
El historial negro y negativo de tu pasado fue borrado para siempre, para que vivas en el hoy de Dios. Si tu no tienes pasado, tampoco tienes un viejo pacto; porque Hebreos 8:13 dice que “al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero, y lo que se da por viejo, está próximo a desaparecer”. ¿Cuándo desapareció el viejo pacto de la ley? Cuando entró el hoy de la gracia de Dios. Diga conmigo: Viviendo en el hoy de la gracia, no tengo historial de la ley, no estoy en ese viejo pacto, por conclusión no tengo pasado.
A ti no tienen porque estar haciéndote liberaciones ni regresiones en eso que llaman “sanidad interior”, porque observa lo que Dios sacó de tu interior: (1)- Hebreos 9:26 dice que Cristo quitó de en medio el pecado, (2)- 2 Timoteo 1:10 dice que Dios quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. ¡Te das cuenta! En tu interior no hay pecado ni hay muerte, ¿Qué hay en tu interior? Esta el hoy de Dios. El hoy de Dios es vida e inmortalidad.
Tú no puedes estar viviendo de lo que pasó, ni tampoco de lo que viene. Pastor…entonces, ¿No tengo futuro? Tu futuro es el hoy de Dios. Tu futuro es vida e inmortalidad. Cuando tengas 80 años de edad, estarás viviendo el hoy de Dios. Cuando te mueras, estarás en el hoy de Dios. ¿Qué le dijo Jesús en la cruz al ladrón? Hoy estarás conmigo en el paraíso. Le ofreció vida e inmortalidad. Ese bendecido se fue a vivir al eterno hoy de Dios.
Pastor…muy chévere esto del hoy de Dios, pero, es que hay días malos. Un día malo no es el hoy de Dios. Un día malo es algo adverso a ti y esa adversidad o alguien te la arma o tu mismo te la fabricas con un mal proceder, por eso Efesios 6:13 dice “resistid en el día malo”, ¿Cómo lo resistes? Viviendo el día de Dios. El Salmo 118:24 dice “Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él”. ¡Te das cuenta! El día de Dios es de gozo y alegría. En él nos gozaremos y alegraremos.
Cuando tú entras en el «HOY» de Dios, entras en reposo. ¿Qué cosa era Canaán para el pueblo de Israel? Era el día de Dios. ¿Qué pasó con todos esos incrédulos israelitas que salieron de la esclavitud de Egipto, teniendo a su frente el día de Dios? No entraron al reposo, no entraron al día de Dios, por eso, no pudieron gozarse ni alegrarse en El.