Qué decir de nuestros niños? Para ellos este tiempo sencillamente es sinónimo de alegría y de emociones. Para algunos, en su singular inocencia, la llegada de San Nicolás o Santa Claus con los respectivos juguetes, es una expectativa con la que se acuestan todas las noches hasta que lleguen los esperados regalos. Nadie escapa a la tradición de la navidad. Lamentablemente las cosas que se hacen y que se adquieren opacan el verdadero sentimiento de gozo que debe ser practicado cuando hablamos de la navidad. Sin embargo, un estudio de todos los textos, especialmente en Mateo y Lucas, nos muestra que el nacimiento de Jesús estuvo rodeado del más singular y verdadero gozo que se haya experimentado. Hubo gozo en los felices padres por haber sido escogidos como los instrumento para que viniera Jesús. Hubo gozo en los reyes magos quienes no importándoles un viaje tan largo, y siendo guiados por una estrella, se regocijaron al encontrar al niño a quien le ofrecieron presentes. Hubo gozo en las alturas cuando una multitud de ángeles aparecieron repentinamente entonando una melodía celestial. Hubo gozo en los pastores, quienes pastoreando sus rebaños fueron notificados del nacimiento del Salvador del mundo. Hubo en gozo en dos ancianos (Simeón y Ana), quienes esperaban ver el nacimiento del Mesías prometido para morir en paz. Pero sobre todo, hubo gozo en los cielos porque con el nacimiento de Jesús, nacía la redención de todos los mortales. Así tenemos que la navidad encierra la más grande y verdadera razón del gozo de la humanidad. Para los cristianos el gozo es mayor.
ORACIÓN DE TRANSICIÓN: Consideremos algunas razones del gozo de la navidad.
I. HAY UN GOZO QUE VIENE DE UNA GRAN NOTICIA
Se piensa que el ángel de la navidad definitivamente fue Gabriel. Él era algo así como el mensajero especial que Dios tenía reservado para una ocasión especial. Tuvo el gran trabajo de convencer a unos cuantos incrédulos en torno al milagro que involucraba la Natividad. No era cualquier ángel que podía hacer esto. Fue como el encargado de preparar la gran fiesta» que presentaba el nacimiento de Jesús. Es por eso que lo vemos haciendo el trabajo de convencer al incrédulo Zacarías, sumo sacerdote para ese tiempo y de edad muy avanzada junto con su esposa, acerca del nacimiento de Juan el Bautista. El sería llamado el procursor y el allanador del camino del Salvador. Tuvo la tarea de convencer a la virgen María, quien fue escogida por el Espíritu Santo, para ser la madre del Salvador. De igual manera tuvo el enorme trabajo de convencer a un esposo justo y temeroso de Dios, quien no entendía por qué su esposa había salido embarazada en el tiempo de su desposorio. Y ahora le vemos convenciendo a los pastores, quienes guardaban las vigilias de la noche», pero también aguardaban el día cuando nacería el Mesías prometido. Él es el mensajero que dice: No temáis; porque he aquí os doy nueva de gran gozo… v.10b Las buenas noticias son siempre bienvenidas, pues traen consigo la expectativa de lo novedoso y de las sorpresas. Nos ponemos en guardia cuando alguien llega y nos dice: Te tengo una buena noticia!. Si la información que esperamos recibir está dentro de algo sumamente anhelado, nuestro gozo será mayor. Así, pues, el ángel le dijo a los asustados pastores que no temieran porque la noticia que les traía seguramente jamás la habían oído. Para aquel entonces no había radio, TV, ni internet que pudieran dar esa noticia. Es más, -y considerando la competencia de los medios de comunicación- creemos que la noticia podía haber sido manipulada y dada según la conveniencia. Pero el ángel dijo exactamente lo que oyó de su Dios. De esta manera, la navidad es la gran noticia llena de gran gozo porque es ver al gran Dios de la promesa dando *****plimiento al plan de redención de la humanidad. Esa noticia llena de gozo, sigue vigente. Hoy día no tenemos a un ángel que la venga a anunciar, pero tenemos la palabra revelada como las buenas nuevas de gran gozo. Ellas buscan a aquellos que aguardan las vigilias de la noche para darlas a conocer. Los hombres deberían recibir con gozo esa buena noticia. Es la noticia que puede cambiar sus vidas. Esa es la noticia que debiera ser oída.
II. HAY UN GOZO QUE ES DE CARACTER UNIVERSAL
El ángel dijo: «He aquí os doy nuevas de gran gozo que será PARA TODO EL PUEBLO…». Jesús nació en Belén de Judea, pero la noticia fue nada «para todo el pueblo». Eso significa que todas las razas, naciones, pueblos y lenguas estuvieron dentro del programa de salvación eterna. Es cierto que Dios escogió a una nación, por medio del cual vino el Salvador, pero para él «todos los pueblos» son objetos de su amor y de su gracia. De allí que todos nosotros, los que habitamos este planeta de todas las edades y de todas las épocas, de toda la historia, desde el primer hombre hasta el último que nazca, estamos contemplados dentro de esta promesa. La navidad es la expresión del más grande del amor universal de parte de Dios para toda la humanidad. El gran texto que es como el corazón del evangelio dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo..» (Jn. 3:16ª). Cuando Cristo estuvo predicando en medio de su pueblo judío dejó muy claro en aquellas mentes cerradas y prejuiciadas que su misión y visión no era de un localismo estrecho, cuando dijo: «También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer y oirán mi voz..» (Jn. 10:16) Y el gran apóstol Pablo, aquel que entendió que el evangelio era para todos los hombres, llegando a ser un «misionero a las naciones, dijo: «Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan» (Ro. 10:12). Porque como el mismo dijo a su discípulo Timoteo: «el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Ti. 2:4) Y la navidad tiene la misión de contagiar al mundo con el gozo que fue anunciado por el ángel. Uno puede ver esto en la actitud de los vecinos, en la decoración de las casas y las costumbres de las personas para esta época. El deseo de muchos es poder estar con toda su familia para pasar estos días juntos. No importa si la fecha en que nació Jesús fue en diciembre o fue en otra mes. No importa, en incluso, si la gente pertenece a otra corriente religiosa, el asunto es que hay un «gozo contagioso». Hay para estos días una celebración de la navidad en el oriente y otra en el occidente. La hacemos los que vivimos en el norte y lo hacen los que viven en el sur. Algo le indica al mundo, independientemente de la forma como lo haga, que se está celebrando el «nacimiento del niño Jesús». Porque al fin y al cabo, el propósito de la noticia que anunció el ángel es para todo el mundo. Hay religiones que han hecho de su credo todo un legalismo que lejos de ser una puerta abierta de entrada para todos, más bien es una puerta cerrada donde pocos «seleccionados» entran. Mas no así con el evangelio. Ella es la noticia que dijera el profeta: «Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido» (Is. 35:10). La navidad es la noticia de gozo para todo el mundo.
III. HAY UN GOZO POR LA SALVACIÓN QUE SE ANUNCIA
El ángel dijo: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo; que os ha nacido hoy… UN SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR». El gozo de la noticia radicaba en el nacimiento de un niño único, extraordinario, el «verbo encarnado». Él fue el medio por el cual Dios traería salvación y juicio al mundo. El nacimiento de un niño constituye de por si un inmenso gozo y una gran alegría en el seno de la familia. Solo que éste que ha nacido también es «Dios con nosotros». El Mesías por tanto años esperado, el «anhelado» de todas las naciones, el «Cordero de Dios» quien vendría a quitar el pecado del mundo. Tan especial era ese niño que el ángel anunciaba a los pastores lo que muchos años atrás escribió uno de los más grandes profetas acerca de él, cuando «retrataba» de este forma al niño que vendría: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es nado, y el principado sobre su hombro y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Is. 9:6) ¡Qué profecía tan extraordinaria! ¿Cómo podía conjugarse en un solo niño tantos títulos? ¿Qué niño era ese a quienes los profetas le dedicaron grandes espacios en sus escritos, a quienes los ángeles le tributaron tanta honra y gloria, y a quines aquellos hombres conocidos como los «reyes magos» le trajeron oro, incienso y mirra», profetizando que sería rey, sacerdote y Mesías? Definitivamente con el niño que nació en Belén de Judá nació también la salvación. Este es el mayor gozo de la navidad. Los hombres podrán celebrar, brindar, festejar, y disfrutar de todos los supuestos «goces» de este tiempo, pero si el niño que nació en Belén no ha nacido en su corazón ningún gozo será real en la vida. Él nació para darnos el gozo completo. En este sentido la actitud del anciano Simón, quien con gozo aguardaba el nacimiento de aquel esperado niño, debiera ser la misma nuestra, cuando dijo: «Ahora, Señor, despide a tu siervo en paz… porque han visto mis ojos tu salvación» (Lc. 2:29) ¡Oh, que veamos la salvación en esta navidad! Así, y sólo así, nuestro gozo será real. El mensaje del ángel sigue vigente. En Belén nació tú salvador y mí salvador. El mismo mensaje que oyeron los pastores lo tenemos hoy. En el caso de ellos fueron, vieron, creyeron y salieron y «todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decía» v. 18. La navidad para aquellos pastores fue el motivo por el que salieron «glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto…» v. 20. ¿Cuál será nuestra actitud en esta Natividad? La navidad no tendrá sentido sino glorificamos a Dios por ello. Que nadie más reciba alabanza y gloria sino nuestro Dios en esta época de celebración. Amen.
CONCLUSIÓN: ¿Cuál es nuestra razón del gozo en la navidad? Si solamente lo es por la música, las compras, los regalos, las fiestas o el mero compañerismo, entonces, la navidad está lejos de lograr su propósito. La noticia que el ángel presentó a los pastores es, en esencia, el gran tema de la navidad.: «os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy… un salvador que es Cristo, el Señor». Jesucristo es la razón del gozo de la navidad. Si nuestra vida la llenamos con él experimentaremos el gozo de toda la vida. Escojamos hoy a Jesús como el Salvador. Él llenará nuestra vida de perpetuo gozo. Amén.