En la peor de las condiciones, el rescate inusual ocurre.
En la primavera de 1941, el mundo se detuvo mientras una formidable batalla naval ocurría a 400 millas fuera de la costa de Francia, en la balanza estaba la supremacía del Océano Atlántico. La Segunda Guerra Mundial todavía en su etapa inicial y la máquina de guerra Nazi ya exhibía su arma devastadora de destrucción masiva.
El Bismarck fue el barco de batalla más grande y fuerte que jamás se había hecho-desplazando más de 50,000 toneladas de las cuales el 40% era armadura. Aun con el peso extra, el Bismarck, con sus motores de 150,000 caballos de fuerza, era capaz de ir a 30 nudos. En su cubierta estaban sus 64 pistolas masivas, y cuatro aviones flotantes, los cuales podían disparar de ambos lados del barco. El Bismarck era casa a 2,200 de los marineros más finos de Alemania.
En uno de sus viajes iniciales, y aun antes que llegara al Atlántico, el Bismarck flexionó sus músculos al hundir al más prestigioso crucero de batalla de Inglaterra conocido como el HMS Hood. Su fuerza masiva de fuego partió al Hood en dos.
En respuesta a esto, el primer ministro Británico Winston Churchill animó a sus compatriotas asustados diciéndoles «Tenemos que vengar la pérdida de nuestro orgullo naval.» Dentro de días, toda unidad posible estaba comprometida a cazar al Bismarck.
Después de una cansada búsqueda, encontraron al Bismarck y fue confrontado por cuatro barcos de batalla, cinco cruceros pesados, seis destructores, dos cargadores aéreos, y un escuadrón de bombarderos de torpedos. El 27 de Mayo, mientras el sol de la mañana alumbraba el mar, la Royal Navy abrió fuego….y el Bismarck respondió con toda su fuerza.
Dos horas después, con muchos de los barcos Británicos bajos en gasolina y ya sin torpedos, el gran Bismarck cayó. La pérdida de vidas fue grande.
El HMS Cossack encontró solamente 114 marineros Alemanes sobrevivientes…y un gato color blanco y negro llamado Oskar que se salvó al colgarse de partes flotantes.
Por meses el Cossack continuó siendo el nuevo hogar de Oskar….una mascota bienvenida entre un grupo de marineros cansados. Pero cinco meses después el Cossack fue atacado y hundido por un barco Alemán. Los sobrevivientes- y Oskar- fueron rescatados y regresados a Inglaterra.
Oskar, al cual se le puso por nombre el Inhundible Sam fue reasignado al cargador aéreo HMS Ark Royal.
Pero algunas cosas nunca cambian.
El 14 de Noviembre de 1941, mientras regresaba de su asignamiento en Malta, el Ark Royal fue atacado por misiles de torpedo por otro barco Alemán. Se hundía otro de los barcos de Oskar. Afortunadamente, los marineros y su mascota fueron rescatados.
Los libros de registro del barco reportaron la condición de Oskar-«No está contento, pero esta ileso.»
A este punto es que Inglaterra oficialmente retiró la carrera de andar en barcos de Oskar, también conocido con el Inhundible Sam. Fue transferido al Reino Unido para vivir el resto de la guerra en casa de un marinero. Su foto-titulada Oskar, el gato del Bismarck-cuelga en el Museo Nacional Marítimo.
Hay un paralelo entre la vida de Oskar y la nuestra. Dios nos ha llamado a estaciones de batalla dentro de Su iglesia. Hay una guerra en nuestro alrededor por las almas de los hombres; algunos serán rescatados, pero muchos no.
En medio de estas batallas, nuestros refugios seguros, nuestras protecciones, muchas veces son amenazadas, y a veces hasta se pierden. Estos refugios seguros pueden ser personales o profesionales. Las explosiones que a veces nos interrumpen llegan en forma de asignamientos difíciles, personal no cooperador, grupos divididos, dificultades económicas, limitaciones físicas, o edad avanzada.
En cada una de esas situaciones lloramos, «¡Falta! Yo no me registré para esto!” “¡Yo merezco algo mejor!” “¡Yo quiero salirme!»
Pero es dudable que los portavoces de Dios se hayan inscrito para lo que les vino. Tal como:
* Moisés, quien cada día escuchaba al pueblo de Israel renegar, «¿Qué Maná otra vez?»
* O, cuando Jeremías entregó su renuncia…y Dios se la rechazó dos veces.
* O, cuando se burlaban de Eliseo simplemente por ser calvo.
* O, cuando se les dijo a Sadrac y a sus amigos que se postraran a un ídolo….o morirían.
* O, cuando Elías fue perseguido por la malvada y odiosa Jezabel.
La lista sigue y sigue y sigue…hasta este día. Pero, después de cada situación difícil, Dios dice, «No está contento, pero está ileso.»
Nuestro asignamiento está aquí y es hoy, pero nuestra recompensa por un trabajo bien hecho nos espera. No son los tiempos de quietud quienes nos definen, sino nuestra fidelidad en la batalla.
Bendiciones,
Ron Walters
Vicepresidente de Relaciones Ministeriales
Salem Media Group
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