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Cuando Dios mira hacia abajo

, es más cada vez que alguien subía tenia que pasar encima pisoteando a la pobre moneda parecía que su día tenia un gran saldo negativo, “Ignorada”, “Pisoteada”, pero sobre todo en ese lugar no estaba ejerciendo su propósito se oiría sarcástico estúpido y un poco tonto crear una moneda para que adornara el piso de un autobús viejo no pude dejar de fijarme en ella nadie la miraba pense de que bolsillo habrá caído, pense “de que seguridad, a que olvido”… fue el giro de esta curiosa moneda.



Realmente estaba muy difícil de tomar si la deseaba debía inclinar enfrente del pasillo del autobús y hacer fuerza para sacarla de la muesca todo esto en segundos, me mire a mí mismo y pense por un tiempo mientras llegaba a mi parada haciéndome esta pregunta, ¿Qué pasa cuando Dios mira hacia abajo?



Miró hacia abajo para ver en problemas a Daniel y rescatarlo de los leones, miró hacia abajo para ver a José en la cárcel, acusado falsamente y en un pozo a punto de ser vendido a mercaderes y partir a Egipto, miró hacia abajo a Lot en Sodoma y Gomorra, miró hacia abajo a Pablo y Silas encarcelados, miró hacia abajo para ver a una humanidad decaída, miró hacia abajo para ver que tan mal estabamos y miró hacia abajo para venir a salvar nuestras almas y cambiar las cosas para que estuviéramos junto a él a donde pertenecemos para cumplir nuestro propósito…

Tal vez por ese me aventure a recoger la moneda de cinco centavos, no tenía nada más que perder, quería que su propósito se cumpliera me incline enfrente a todas las personas que abordaban el autobús e hice fuerzas en la muesca del piso para liberar la moneda y tomarla y luego al bajarme del autobús pense en como Dios nos mira, en como Dios se esfuerza al mirar a la sociedad decadente, al mirarnos peleando por estupideces, al mirarnos incrédulos, al mirarnos pisoteados, dolidos, ignorados y demás y todavía hasta el día de hoy seguir mirando fijamente a su creación con tal amor y con tal pasión que creo que no tengo nada que decirle más que “Gracias”.



Al final del día saque un saldo positivo una moneda que representa a una humanidad y una mirada que representa la apreciación de Dios, por lo que logre irme con una pregunta respondida con amor por el mismísimo Señor.

Cuando Dios mira hacia abajo es para ver el objeto de su amor… Ese eres tú.