I. Preparación.
A. Desde tiempos del Antiguo Testamento hubo personas cuya responsabilidad era preparar la música para poder lograr excelencia y bendición en la adoración. “Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría”. 1 Crónicas 15:16. (Observemos cuántos salmos bíblicos fueron dados al director de música para la preparación.)
B. Los directores de música sabían que la preparación era fundamental, y que no era cosa de «depender sólo del Espíritu». Para lograr que la música y el mensaje se complementaran y fueran para edificación, era necesaria la preparación previa.
C. Ud. y yo necesitamos prepararnos para adorar a nuestro Dios.
1. Lo primero es un espíritu quebrantado.
a. Que reconoce que ha desobedecido y pecado contra Dios.
b. Está susceptible al arrepentimiento.
2. Es un corazón dispuesto. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciaras tú, oh Dios”. Salmos 51:17.
3. Como resultado ud. estará deseoso de buscar la presencia de Dios a través de su pueblo; su iglesia.
II. Dirección.
A. Se entendía que la mente y el corazón de las personas debían ser dirigidos para que hubiera una profunda adoración a Dios. La adoración no ocurre accidentalmente; requiere de la iniciativa y el liderazgo que lleva al pueblo de Dios a responder al Señor de manera apropiada.
Analicemos los versículos Ap. 4: 8-11:
B. “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”.
1. “no cesaban” = disposición.
2. “día y noche” = no ponen excusas.
3. “Santo, santo, santo es…” = reconocen todo lo majestuoso, grande, misericordioso y bueno que es Dios.
C. “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que esta sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que esta sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono…”
1. “Y siempre que aquellos seres vivientes dan honra y gloria y acción de gracias… los veinticuatro ancianos se postran…” hno… ¡por favor reaccione!, ¡diga algo!; que nos ha pasado que hemos dejado de hacer estas cosas…
2. ¡ADORAN AL QUE VIVE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS!
3. “Y echan sus coronas”.
III. Participación significativa.
A. El propósito no era que el músico se «luciera», sino que el pueblo fuera motivado y llevado a una participación significativa. En otras palabras, no eran los expertos quienes llevaban a cabo la adoración, sino que ayudaban a que todos adoraran.
B. A su vez, se reconocía que la música era sólo una parte, que la oración, la confesión o testimonios, las ofrendas y los diezmos, la lectura de la Palabra, los cantos especiales y la exposición de la Palabra eran también esenciales en la adoración. Hoy en muchas iglesias parece que sólo la música importa y, lamentablemente, los demás elementos han sido descuidados.
C. En Apocalipsis 4:11 encontramos a los adoradores atribuyendo valor a Aquel que está sobre el trono, manifestándole que Él es digno. Esta es la adoración: la atribución que valora a Aquel a quien se adora: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el Poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
D. 8 “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
11 Y miré, la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,
12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraban sobre sus rostros y adoraban al que vive por los siglos de los siglos”.
Conclusión.