COMPROBANDO LA PERFECTA VOLUNTAD DE DIOS
1. Dice Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
2. La voluntad es la determinación, el deseo, el consentimiento, y el asentimiento de una persona. Así como nosotros, Dios tiene una voluntad pero la de El es buena, agradable y perfecta. La cantidad de oración que hoy en día se hace está fundamentada sobre una sola pregunta: Padre…¿Quiero conocer tú voluntad perfecta sobre mi vida espiritual, económica, sentimental, ministerial y familiar?
3. Pablo dice que para que tú puedas conocer la buena voluntad, agradable y perfecta de Dios tienes que comprobarla, ¿En dónde se comprueba? Se comprueba dentro de la voluntad misma de Dios. Tenemos que meternos dentro de la voluntad de Dios para comprobar cuál es el deseo de El para nosotros; cuál es su determinación y consentimiento.
4. Cuando nos sumergimos dentro de la voluntad de Dios, ¿Qué encontramos? ¿De qué está hecha la voluntad de Dios? En la voluntad de Dios encontramos principios universales y eternos. Esa voluntad está hecha de principios. Allí adentro sólo hay principios que rigen, que dirigen, y que trazan esa voluntad de Dios.
5. Pablo dice en Colosenses 4:12 que debemos “estar firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere”. La perfecta voluntad de Dios tiene que ver con lo que El quiere. Cuando tú haces lo que El quiere, quedas firme, perfecto y completo.
6. Vamos a comprobar un principio de la perfecta voluntad de Dios, 1 Tesalonicenses 4:3 dice “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”. ¿Cuál es el significado verdadero de la santificación? El nombre santificación significa separación. La santificación es una separación diaria de toda inmundicia y mundanalidad, y esta separación es necesaria y progresiva porque tiene que ver con tu proceder o conducta. Es tu conducta la que necesita santificación o separación constante. Esto es lo que Dios quiere. Esto es la perfecta voluntad de Dios para tu vida. esto ya no es cuestión de oración sino de determinación. ¿Cómo compruebas la perfecta voluntad de Dios? Apartando tu cuerpo de la fornicación; apartándote de los moteles; apartándote de aquellas relaciones ilícitas. La santificación no es ponerse es apartarse.
7. Para vivir y comprobar la perfecta voluntad de Dios; no tienes que orar sino renovar tu entendimiento. Por medio de la renovación es que tu entendimiento se va transformando y eso se logra con conocimiento.
8. Renovar no tiene nada que ver con hacer dones sino con hacer la voluntad de Dios, en Mateo 7:21 leemos “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.. ¡Te das cuenta! Esta gente hizo dones pero no hizo la voluntad de Dios. Ellos fueron declarados “hacedores de maldad” porque no hicieron la voluntad de Dios. Se pasaron la vida haciendo milagros, echando fuera demonios y profetizando, pero Dios no los conoció como hacedores de la voluntad de Dios y por eso les dijo: “Apartaos de mi hacedores de maldad”.
9. Observa lo que hace el que Dios conoce, 2 Timoteo 2:19 dice “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”. Observa que Dios no conoce por gente profetizando, ni echando fuera demonios, ni haciendo milagros. Dios conoce por gente apartándose de iniquidad. Entonces, pon tu mente en línea con la mente de Cristo que es la voluntad perfecta de Dios que la encuentras en su palabra.
10. Yo te dije que la voluntad perfecta de Dios está hecha de principios universales y eternos. Los principios de Dios nunca cambian, ni de tiempo en tiempo, ni de lugar en lugar, ni de persona en persona, ni de cultura en cultura. Los principios de Dios nos dan poder y con ese poder podemos, transformarnos a nosotros mismos y ser un ejemplo y un es estímulo para promover el cambio en los demás.
11. El cambio que promueve la perfecta voluntad de Dios va de adentro hacia afuera, de abajo hacia arriba. El único cambio verdadero es el que hacemos cuando hacemos la voluntad perfecta de Dios. Hacer la voluntad perfecta de Dios es duro, es difícil, es una guerra, produce dolor -como toda transformación-. Pero sus logros son lo que nos dan el mayor placer y felicidad en esta vida para la otra.
12. Si centramos nuestra vida en principios y éstos los convertimos en actos y en hábitos sanos y santos, entonces estaremos edificando una ética personal, la cual se convertirá en la ley de nuestra vida y eso producirá, tarde o temprano, efectos maravillosos. Seremos hombres de carácter con el carácter de Cristo.
13. Los principios son la antitesis de los antiprincipios. Por cada principio vamos a tener un antiprincipio a la voluntad perfecta de Dios. Así como tenemos el orden, tenemos el desorden, a la limpieza le confrontamos la suciedad, a la justicia la injusticia, a la libertad la esclavitud. Nosotros podemos basar nuestra vida en principios o en antiprincipios y de la misma manera que los principios producen resultados predeciblemente positivos. Igual en los antiprincipios los predeciblemente negativos.
14. Por eso la sociedad y aun la iglesia está al revés, de cabeza. Violan principios sistemáticamente. ¿Cómo lo sabemos? Porque ¿Para donde va Vicente? Para donde va toda la gente. Hoy en día lo más normal, lo más común, es hacer lo que hacen los demás: “Si Vicente miente, porqué yo no” “Si los demás roban, porqué yo no” “Si los demás son impuntuales, porqué yo no” “Si los demás se están divorciando, porque yo no” “Si los demás están en unión libre, porque yo no” “Si los demás dicen una cosa y hacen otra, porqué yo no” “Si los demás son sinvergüenzas, porqué yo no”.
15. Cuando violamos principios no hay voluntad perfecta de Dios; no hay progreso, no hay avance, no hay prosperidad, no hay calidad de vida. Hoy en día hay licencia para robar, mentir, pecar, hacer y deshacer. Aquí es donde la sociedad y la iglesia necesitan un cambio, ¿Y cómo se logra? Haciendo la perfecta voluntad de Dios.
Del Pastor Reynaldo Estrada Gracia y paz www.graciaypaz.com