Ésta era la gran preocupación de Moisés como líder de los israelitas.
Estaba preocupado de que los israelitas no entendieran los requisitos de Dios. Pero, entender era completamente esencial, pues esos requisitos determinarían su destino eterno. Si ellos cumplían los requisitos de Dios, vivirían vidas victoriosas. Pero si fallaban, nunca entrarían en la tierra prometida. Vivirían vidas derrotadas, llegarían a estar esclavizados por el mundo. Vivirían vidas inmorales, injustas, y corruptas y serían condenados al juicio eterno por Dios. Por esta razón, Moisés tenía que asegurarse absolutamente de que el pueblo entendía los requisitos de Dios.
PROPOSICION: Éste es el tema de este gran pasaje de la Escritura:
¿Qué pide Dios de ti?
1.- COMPLETA FIDELIDAD AL SEÑOR (10:12-15)
Para construir cualquier relación, la fidelidad es una necesidad absoluta. Dentro del matrimonio, una completa fidelidad es esencial. La amistad requiere fidelidad. El jefe de alguien o su trabajo requiere fidelidad. Un estudiante debe ser fiel a su escuela para afianzar una educación. Las naciones requieren fidelidad. Todo ciudadano empeña su fidelidad a la bandera de su país, para defenderla de otras naciones que quieran invadirla. El punto es claro: la fidelidad es una necesidad absoluta para construir
cualquier relación fuerte. Dios quiere una relación fuerte con Su pueblo; por consiguiente, Él exige la fidelidad de Su pueblo.
1.1.- La fidelidad es una necesidad absoluta:
Moisés gritó, debemos fidelidad plena al SEÑOR. Pero ¿qué significa fidelidad completa? ¿Qué es exactamente lo que el SEÑOR demanda?
(10:12-13)
a.- Debemos temer al SEÑOR (10:12): Temer significa reverenciar, honrar, tener en alta estima hasta el punto de rendirle culto. También quiere decir respetar la justicia y el juicio de Dios, saber que debemos retroceder y hacer cualquier cosa necesaria para escapar a Su juicio. El que empeña su fidelidad al SEÑOR es una persona que le teme de verdad.
b.- Debemos caminar en los caminos de Dios (10:12):
Hay muchos caminos en la vida que una persona puede tomar. Está el camino de la mundanalidad y la carne; el de la codicia y las posesiones; el de las drogas y el alcohol; el de la delincuencia y la violencia; el del orgullo y la incredulidad; el de la religión y el culto falso. Hay muchos, muchos caminos a lo largo de esta vida. Una persona puede comprometer su vida, su caminar a casi todo. Pero Dios demanda que caminemos en todos Sus caminos, que dediquemos totalmente nuestras vidas a Él, que nos comprometamos sinceramente en Su camino. Debemos nuestra completa devoción a Él.
c.- Debemos amar al SEÑOR (10:12): Amar a Dios significa adorarle; que Él es lo más precioso en la vida para nosotros y queremos una relación profunda, intensa, íntima con Él; que estamos consagrados a Él y que lo tenemos tan cerca en nuestros corazones; que confiamos en Él y somos cautivados por Él; y que tenemos un fervor hasta la muerte por estar cerca de Él. Esto es lo que significa empeñar nuestra fidelidad al SEÑOR: nosotros le amamos.
d.- Debemos servir al SEÑOR con todo nuestro corazón y alma (10:12): Servir a Dios quiere decir ministrar y suplir las necesidades de las personas; necesidades como la comida, refugio y ropa. También servir a Dios quiere decir testificar fuertemente, dar testimonio de Él. Una persona que empeña Su fidelidad al SEÑOR sirve al SEÑOR con todo su corazón y alma.
e.- Debemos guardar, obedecer Sus mandamientos
(10:13): Empeñar fidelidad al SEÑOR significa obediencia, hacer lo que Él ordena, guardar cada mandamiento.
1.2.- ¿Por qué Dios exige completa fidelidad?
¿Por qué el SEÑOR exige que le temamos, caminemos Sus caminos, le amemos, le sirvamos, y guardemos Sus mandamientos? ¿Por qué empeñar nuestra fidelidad al SEÑOR? Moisés respondió esta pregunta (10:14-15)
a.- Porque Él es el Creador y Dueño del universo
(10:14): Dios creó el universo, la tierra y todos los cuerpos que se mantienen en el espacio. Fue Dios quien estableció las leyes de reproducción entre los hombres y los animales. Ésta es la razón por la que Dios demanda que le demos nuestra obediencia.
b.- Porque Dios nos amó y nos escogió para ser Su pueblo (10:15): El gran Dios y Creador del universo se humilló, bajó para amarnos. Él Dueño de todo, tendió la mano y nos escogió para que fuésemos Su pueblo, Su familia, Sus hijos adoptados. Por esta razón, exige nuestra fidelidad (Lucas 9:23; Romanos 12:1-2; 1 Corintios 15:58; Exodo 32:29; Deuteronomio 6:5; Proverbios 3:5; 23:26; Salmo 119:2; Joel 2:12)
2.- CIRCUNCIDAR O CORTAR EL PECADO DEL CORAZÓN (10:16-19)
No sea terco. Usted debe ser operado, sufrir una «circuncisión espiritual» (Colosenses 2:9-12) Los pecados de la vieja naturaleza y de la vida vieja deben ser removidos. Este punto era de importancia crítica. Moisés sabía esto. Él sabía que el juicio de Dios caería en el pueblo, que nunca podrían permanecer en la tierra prometida si el pecado permanecía en sus vidas. A menos que el pecado fuera circuncidado, cortado de sus corazones, perderían las promesas de Dios, perderían su heredad en la tierra prometida. Por esto, Moisés advirtió al pueblo.
¿Por qué debemos circuncidar o cortar el pecado del corazón? Moisés dijo el por qué. Porque Dios es Supremo, trascendente por encima de todos. El SEÑOR tu Dios es Dios de dioses y SEÑOR de señores (10:17) La idea es que Dios ejecutará justicia y juicio en el pueblo si pecan. El desobediente, la persona que rompe los mandamientos de Dios, será juzgada. Y notemos lo que Moisés declaró: Dios es imparcial. Él no muestra ningún favoritismo ni acepta sobornos. Entre los hombres, el adinerado puede comprar jueces y jurados para escapar al juicio. Pero Dios nunca acepta sobornos. Ninguna persona puede comprar Su favor para escapar del juicio. Al contrario, Dios defiende al pobres y desvalido y ama al extranjero. Él provee para el necesitado. En materia de justicia y juicio, Dios es imparcial. Éste es el punto: debemos cortar el pecado de nuestros corazones. No debemos negarnos a guardar y obedecer los mandamientos de Dios. Y tratando con los pobres y necesitados, debemos seguir el ejemplo de Dios: defenderlos y suplir sus necesidades (Efesios 4:24-32; Colosenses 3:5-13)
¿Qué nos dice hoy el ritual de la circuncisión?
a.- Jesús ha realizado una circuncisión espiritual en los creyentes, cortando la vieja naturaleza pecadora del creyente. Pero Él corta más que sólo un pedazo de carne; Él realiza una cirugía radical: corta el cuerpo entero de pecado, todo el pecado que el creyente ha cometido y por el cual es culpable (Colosenses 2:11-12)
b.- La circuncisión –la verdadera circuncisión- es del corazón, no de la carne. Dios nunca pensó que la circuncisión fuera sólo un ritual, una señal física para decir que uno pertenecía al pueblo de Dios. Sí, la circuncisión iba a ser una señal, pero una señal de una verdad espiritual, una señal de que el corazón de una persona pertenecía a Dios, una señal de que uno estaba siguiendo y viviendo total y completamente para Dios (Romanos 2:28-29; Deuteronomio 10:16; 30:6)
3.- MANTENERNOS CERCA DE DIOS (10:20-22)
Moisés dio dos razones por qué una persona debe mantenerse cerca de
Dios:
3.1.- Porque Él SEÑOR es tu alabanza, tu Dios (10:21)
Él te ha escogido y te ha apartado para que seas Su seguidor, y tienes que clamar que eres un seguidor del SEÑOR. Como el SEÑOR es tu Dios, Él es tu alabanza, el objeto de su devoción. Por consiguiente, debes honrarle y alabarle, elevando Su nombre ante todos, los vecinos inmorales e injustos que te rodean.
3.2.- Porque Dios ha hecho mucho por ti (10:21-22)
Dios te ha salvado de Egipto, de todas las esclavitudes y cargas de este mundo. Es más, Dios está cumpliendo Sus promesas a ti (1 Corintios 15:58; Gálatas 5:1; Hebreos 10:22,23; Santiago 4:8; Apocalipsis 3:3; Génesis 28:15; Éxodo 33:14; Salmo 16:8; 34:18; 73:28; 145:18; Jeremías 23:23)
4.- RECORDAR LAS BENDICIONES PASADAS (11:1-7)
Aprender de nuestro pasado nos ayudará a amar y obedecer a Dios. Moisés exhortó al pueblo a recordar el poder de Dios, cómo Dios los había salvado poderosamente y los había guiado. Enfocar experiencias gloriosas del pasado nos animará a amar y obedecer Dios.
4.1.- Nota cómo Moisés exhortó al pueblo:
Él dijo que no fueron sus hijos los que experimentaron la disciplina, la grandeza y el poder de Dios (11:2-4) No fueron sus hijos los que experimentaron la salvación de Dios de Egipto, que vieron las señales y las plagas (11:3) No fueron sus hijos los que dieron testimonio del poder de Dios que destruyó al ejército que los siguió en el Mar Rojo (11:4)
4.2.- Recuerda que has experimentado las grandes obras de
Dios (11:7)
a.- Dios nos ha salvado de Egipto, es decir, del mundo con todas sus cargas y cadenas: nos ha salvado del pecado, la condenación, el infierno por venir. Dios nos ha salvado maravillosamente.
b.- Dios nos guía día a día a través de nuestro caminar por el desierto de este mundo, dándonos una vida victoriosa. Él nos da la capacidad para conquistar a todos los enemigos, todas las pruebas y tentaciones de esta vida –que se esfuerzan por destruirnos y dejarnos fuera de la tierra prometida, del cielo.
c.- Dios nos disciplina o castiga, nos corrige cuando lo necesitamos para impedir que dañemos nuestro testimonio. Dios ha hecho tanto por nosotros que le debemos nuestra obediencia. Debemos amarle y obedecerle. Debemos recordar el pasado, todas las cosas maravillosas que Él ha hecho por nosotros. Recordar el pasado nos animará a amarle y obedecerle.
5.- GUARDAR TODOS LOS MANDAMIENTOS DE DIOS (11:8-15)
Moisés sabía que la obediencia era absolutamente esencial para que el pueblo de Dios viviera vidas plenas y victoriosas. La victoria dependía de la obediencia. A ningún creyente se le permitiría vivir en la tierra de Dios a menos que obedeciera a Dios. Por esta razón, Moisés exhortó al pueblo a guardar todos los mandamientos de Dios.
5.1.- Si obedecemos los mandamientos de Dios, seremos lo suficientemente fuertes para conquistar la tierra prometida (11:8)
Cuando crucemos la tierra, Dios nos dará fuerzas para conquistar a los enemigos que enfrentaremos. Marcharemos como conquistadores, viviendo vidas victoriosas en la tierra. La obediencia nos hará fuertes, asegurémonos la fuerza especial de Dios.
5.2.- Si guardan los mandamientos de Dios, vivirán largo tiempo en la tierra prometida (11:9)
La idea es que los israelitas continuarían poseyendo la tierra prometida y vivirían en ella. Pero si fueran infieles, desobedientes, entonces otras naciones los conquistarían y los deportarían como esclavos. La desobediencia causaría la pérdida de la tierra prometida.
5.3.- Si guardan los mandamientos de Dios, la tierra prometida será bendecida y cuidada por Dios y sería fructífera (11:9-
12)
Dios se asegurará de que la tierra fluya leche y miel: La tierra no será un desierto seco como Egipto que tenía que ser regado (11:10); la tierra tendrá hermosas montañas y valles con suficiente lluvia que proveerá agua más que suficiente para el pueblo, el ganado, y las cosechas (11:11); la tierra será vigilada día tras día por Dios (11:12) desde el principio del año hasta el fin.
5.4.- Debemos obedecer a Dios porque la obediencia es la condición para recibir sus bendiciones en la tierra (11:14,15)
Si fielmente obedecemos a Dios con todo nuestro corazón y alma: El enviará la lluvia a su tiempo (11:14); dará cosechas abundantes, comida suficiente en los campos y viñas para Su pueblo y el ganado (11:14-15); dará satisfacción, plenitud para el corazón humano (11:15)
6.- GUARDARNOS DE CULTOS Y DIOSES FALSOS (11:16-17)
Muchas de las personas que rodeaban a los israelitas eran adoradores que siguieron dioses falsos, dioses de su propia imaginación, ídolos. Era necesario que Moisés advirtiera al pueblo contra la idolatría y el culto falso. Había el peligro de que se dejaran incitar por sus vecinos para unirse en su culto falso. Era una posibilidad real. Por esta razón, debían ser advertidos. Si se volvían a la idolatría, el juicio de Dios caería sobre ellos. La ira del Señor los quemaría y sufrirían pérdida y escasez. El SEÑOR cerraría los cielos para que no lloviera y la tierra no rendiría ningún producto. Habría sequedad y ninguna siega y agua insuficiente para el ganado. La gente y el ganado perecerían pronto o estarían obligados a irse de la tierra, buscando agua. El resultado sería muy trágico: perecerían, perderían la tierra prometida (Deuteronomio 5:7,8)
Sólo el SEÑOR nuestro Dios es real. Él es el Dios verdadero y vivo, que puede ayudarnos en tiempos de necesidad. Si no le adoramos, entonces no tendremos ayuda. La ayuda del hombre es limitada. El hombre no puede garantizarnos el brillo del sol ni la lluvia. El hombre no puede garantizar el aire que respira siquiera. Y ciertamente no puede garantizarnos la vida más allá de este mundo. A lo sumo, la medicina puede extender nuestras vidas sólo unos pocos años. Debemos, absolutamente debemos, guardarnos de la idolatría y los cultos falsos. No debemos permitir que el culto falso de nuestros vecinos influya en nosotros (Romanos 1:18, 21-25,; 1 Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-21;1 Juan 5:21; Apocalipsis 21:8; Levítico 26:1; Deuteronomio 7:25; 11:16; Isaías 42:8)
7.- SER DE TESTIMONIO Y TESTIFICAR DEL SEÑOR (11:18-21)
Esto era esencial para cuando los israelitas entraran y se establecieran en la tierra prometida. Por esto, Moisés habló al corazón del pueblo.
7.1.- Moisés le dijo al pueblo cómo ser testigos del SEÑOR (11:18-20)
Tres pasos eran esenciales:
a.- El creyente debe guardar los mandamientos de Dios en su corazón y en su mente (11:18) Debe estudiar y vivir la palabra de Dios, aprendiéndolos y memorizándolos (Romanos 10:8-10; Colosenses 3:16; Deut. 6:6; 11:18; Job 23:12; Salmo 119:11, 47, 72, 97, 140)
b. El creyente debe enseñar a sus hijos los mandamientos de Dios (11:19) No importa lo que haga a lo largo del día, debe hablarle sobre los mandamientos de Dios. Educar a sus hijos es esencial. La Palabra de Dios debe pasarse de generación a generación. Además, los padres deben hacer de la Palabra de Dios parte de sus vidas. Deben vivir la verdad ante sus hijos para que vean la importancia de obedecer Dios. Por esta razón, el creyente
debe hablar constantemente los mandamientos cuando se sienta en casa, cuando va por el camino, cuando se acuesta, y cuando se levanta. Cuando los obedece, será un ejemplo vivo ante sus hijos (Juan 5:39; 20:31; 1 Corintios 10:11; Efesios 6:4; 2 Timoteo 1:5; 3:15; Tito 2:4; 1 Juan 5:13; Deuteronomio 6:6-7; Proverbios 22:6)
c. El creyente debe hacer de su hogar un testimonio
fuerte para el SEÑOR (11:20)
Debe escribir los mandamientos en el frente de su casa y en sus puertas. Cuando los vecinos piensen o hablen de su hogar, el pensamiento dominante va a ser su testimonio por el SEÑOR, que vivimos para el SEÑOR. Los vecinos sabrán que el creyente y su familia siguen los mandamientos de Dios.(Hechos 4:20; 2 Timoteo 1:8; 1 Pedro 3:15; Salmo 66:16; 145:11; Malaquías 3:16)
7.2.- Cuando el creyente tiene un testimonio fuerte y da testimonio del SEÑOR: ¡Dios le promete que vivirá permanentemente, mientras los cielos estén sobre la tierra (11:21)
¡Qué maravillosa promesa de Dios! (Mateo 6:20; 25:23; Juan 14:2-3; 2
Corintios 5:1; Hebreos 11:8-10; 11:13-16; 2 Pedro 3:10-13; Apocalipsis 22:14)
8.- SER VICTORIOSO SOBRE TODOS TUS ENEMIGOS (11:22-25)
Dios te ha prometido heredar la tierra, prometió darte la victoria sobre todos tus enemigos. Pero debes saber esto: la promesa es condicional. Debes obedecer al SEÑOR y sólo a Él. Debes obedecer y amar a Dios, andar en Sus caminos y aferrarte a Él. Si obedeces a Dios, conquistarás y vencerás a todos tus enemigos no importa cuan grandes o fuertes sean. El poder de Dios te permitirá conquistarlos. Pero no sólo esto: conquistarás un gran territorio. Todo lugar que pisen tus pies será tuyo. Mira los límites del territorio prometido a Israel: desde el desierto del Líbano, y del Río
Éufrates hasta el mar occidental (Mar Mediterráneo) (11:24) Dios prometió que los israelitas serían indetenibles y serían temidos por todos (11:25)
Los enemigos que nos atacan a lo largo de nuestra vida son innumerables. Pero la victoria está asegurada. Dios promete darnos el poder para conquistar a todos los enemigos que nos confrontan y atacan, para que podamos caminar triunfalmente como conquistadores a lo largo de nuestra vida. Hay sólo una condición: obediencia a Dios. Guardar Sus mandamientos, una vida victoriosa es posible, porque somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó (Romanos 8:37-39; 16:20; Juan 16:33;; 1 Corintios 10:13; Santiago 1:2,5,12; 4:7; 2 Pedro 2:9; 1 Juan 5:4-5; Apocalipsis 3:21; Salmo 44:5)
9.- CONOCER LAS CONSECUENCIAS DE TUS DECISIONES (11:26-32)
Los israelitas estaban en la encrucijada de sus vidas. Tenían que tomar una decisión muy importante. Lo que decidieran determinaría su destino eterno en la tierra prometida por Dios. Moisés sabía esto. Por consiguiente los retó: conozcan las consecuencias de sus decisiones, de aquí en adelante serán benditos o malditos.
9.1.- Notemos los hechos y la opción declarada por Moisés
(11:26-28)
Una bendición y una maldición está puesta delante de ti. Estás parado en la encrucijada de la vida, obligado a escoger qué camino tomar. Está el camino de la bendición, pero también está el camino de la maldición. Serás bendito si obedeces los mandamientos de Dios. Pero también aseguró, serás maldito si desobedeces los mandamientos de Dios. Si permites que tus amigos y vecinos sean un obstáculo para ti, serás maldito. Si dejas que el pecado te seduzca, serás maldito. Si reapartas de los caminos del SEÑOR, serás maldito. Si sigues dioses falsos o cultos falsos, serás maldito. Ningún mandamiento de Dios debe ser quebrantado. Apartarse de Dios no será tolerado. Debemos enfrentar el hecho: estamos en la encrucijada de la vida. Debemos tomar la decisión más importante de nuestra vida: si seremos benditos o malditos.
9.2.- Moisés encomendó a los israelitas una ceremonia para
proclamar las bendiciones y maldiciones (11:29-30)
Debían hacerlo después que entraran en la tierra prometida. Moisés no estaría presente para la ceremonia. Su cargo sería llevado a cabo por Josué. La ceremonia tendría lugar en dos montañas, el Monte Gerizim y Monte Ebal. Las bendiciones serían proclamadas en la cima del Monte Gerizim y las maldiciones desde el Monte Ebal (11:29-30)
9.3.- Moisés estimuló al pueblo (11:31)
Declaró: están a punto de entrar en la tierra prometida. Cruzarán el Jordán y poseerán la tierra. El SEÑOR va a darles la herencia que ha prometido.
9.4.- Moisés dio un encargo final al pueblo:
Después de conquistar la tierra prometida, asegúrense de escapar de las maldiciones de la desobediencia. La forma de escapar a las maldiciones es obedecer todas las leyes y mandamientos de Dios (11:32) La obediencia es el requisito de Dios. Dios exige este acto de Su parte. Empeña tu obediencia a Dios (1 Juan 3:23; Marcos 9:23; Juan 3:16; 6:35; 12:46; 13:34-35; Romanos 10:13; Santiago 1:25; Apocalipsis 22:14; Exodo 19:5; Deuteronomio 5:29)
La persona que desobedece a Dios será maldecida (Efesios 5:6; 2
Tesalonicenses 1:7-9; Hebreos 2:2-3; Deuteronomio 11:28; 1 Samuel
12:15)
CONCLUSION: Estamos en el deber de escoger lo que más nos convenga a
cada uno. No debemos dejarnos influenciar por los demás que no quieren conocer o seguir a Dios, pues cada uno dará a Dios cuenta de sí (Romanos 14:12; Amós 4:12) Estamos en un momento de nuestra vida cuando debemos tomar una decisión seria acerca de nuestro destino eterno. Si no conoces al Señor como tu Salvador debes reconocerlo ahora mismo, pues hoy es el día aceptable, hoy es el momento de salvación para ti (2 Corintios 6:2) ¿Cuál será tu respuesta? Dios te guíe en esta hora al tomar la decisión más importante de tu vida.
Rev. Alberto Valderrama
Iglesia Bautista «Cristo es La Roca»
Barquisimeto – Estado Lara
Venezuela