2) Por causa de quien es El. «Cantad a Jehová…» (Sal 149:1). En otras
palabras, alabadle porque El es Dios. El es la autoridad suprema, el poder
máximo, el Rey de todos los reyes y el Señor de señores. El era antes de
que todas las cosas y todas las cosas fueron creadas por él, y El fue quien
la creó. Por lo tanto, es mayor que todas las cosas. Esto es confirmado
por el Salmo 48:1 y el 96:4: «Grande es Jehová, y digno de ser en gran
manera alabado…»
3) La alabanza glorifica a Dios. «El que sacrifica alabanza me honrará»
(Sal 50:23). Por supuesto que el mayor deseo de todo el pueblo de Dios
debería ser glorificarle.
4) Porque dios nos lo manda. «Cantad a Jehová…», no es una sugerencia ni
una súplica, sino más bien un mandamiento.
5) Bendecid alma mía a Jehová, por todos sus beneficios (Sal 103:1-3).
6) Alaben la misericordia de Jehová (Sal 107:21)
7) Alabadle por sus proezas (Sal 150:2).
8) Bueno es alabarte (Sal 92:1, 2; 147:1).
9) Jehová…es digno de ser alabado (2 S 22:4; Sal 18:3).
10) La alabanza engrandece a Dios (Sal 69:30).
11) La alabanza es hermosa – para los justos (Sal 33:1). La palabra
«hermosa» expresa la idea de apropiada, recta, idónea, digna y provechosa.
Desgraciadamente, algunos cristianos parecen creer que alabar a Dios es
incorrecto e impropio. Se sienten más preocupados por la idea de que la
gente lo tenga en poco. Por alguna causa sienten que la llamada dignidad es
la actitud más propia para los cristianos. Sin embargo, la Biblia sostiene
el punto de vista contrario. Dios dice que la vestidura de la alabanza es
la que mejor nos encaja. Gozarse en Dios y alabar al Señor es idóneo y
apropiado para el hijo de Dios. Yo prefiero tener la aprobación de Dios
antes que la de los hombres.
12) Dios mora en medio de la alabanza de su pueblo (Sal 22:2). El Santo de
Israel habita en medio de nuestras alabanzas. Si nuestro corazón está
llenos de alabanzas, también lo estará de Dios, pues El habita en medio de
nuestras alabanzas. Esto también es una realidad en lo que a nuestro hogar
e iglesia se refiere. Mantengámoslos saturados de alabanzas y de seguro que
la presencia de Dios nunca se apartará de sus medios. Podemos rodearnos de
Su presencia continua por medio de cultivar la actitud de alabanzas en
nuestras vidas. Entonces estaremos más conscientes de Su presencia que de
los problemas, dificultades y circunstancias adversas.
Hay muchas bendiciones a ser experimentadas como resultado del alabar a Dios.
13) La alabanza genera poder David nos dice en el Salmo 84:
«Bienaventurados los que habitan en su casa: Perpetuamente te
alabarán…Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas… Irán de
poder en poder… «El hombre que alaba a Dios, de seguro que tiene Su
poderío a su disposición. También disfrutará de Su gozo a plenitud a través
de la alabanza, el cual será su fortaleza para vivir victoriosamente cada
día (Neh 8:10).
14) El alma que alaba se deleita en el Señor, y el le concede las peticiones
de su corazón (Sal 37:4). Muchas personas dicen: «¡Alabaría muchísimo a
Dios su me concediera las peticiones de mi corazón!» El orden divino es
todo lo contrario de esto. Nosotros le alabamos y nos deleitamos en Él y
entonces nos concede las peticiones de nuestro corazón. Esto se debe a que
el corazón justo tiene los deseos justos. Sus prioridades están en orden,
razón por la cual Dios se complace en otorgarle los deseos de su corazón.
15) La alabanza precede a la victoria. En 2Cr. 20, el Rey Josafat condujo al
pueblo de Dios a la batalla contra sus enemigos. Dios le dio órdenes para
que estableciera cantores para el Señor, iban delante del ejército
alabándole y diciendo: «Glorificad a Jehová, porque Su misericordia es para
siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso
contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de
ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros».
¡Imagínese un ejército encabezado por un coro! ¡Qué extraño para una mente
natural entender el acto de ir a una batalla de esa manera! Pero las armas
de nuestra guerra no son carnales. Son lo suficientemente fuertes como
para derribar fortalezas. Cuando nos enfrentamos a nuestro enemigo en estos
días, necesitamos actualizar el poder de la alabanza y salir a la batalla
dando alabanzas a Dios a gran voz. Entonces, podremos esperar ver la gran
salvación sincero, es aquél que experimentará a plenitud Su presencia y poder.
B) ¿QUIEN DEBERA ALABAR AL SEÑOR?
1) Todos los hombre en todas partes (Sal 145:21; 148;11, 13; 150:6).
2) Toda carne (Sal 145:21)
3) Todo lo que respira (Sal 150:6)
4) El pueblo de Dios (Sal 67:3, 5:78:4; 79:13)
5) Los justos (Sal 140:13)
6) Los santos (Sal 145:10)
7) Los que temen al Señor (Sal 22:23)
8) Aquellos que conocen y creen la verdad (1 Ti. 4:3)
9) Los siervos de Dios (Sal 113:1; 134:1; 135:1)
10) Todos sus ángeles (Sal 148:2)
11) Toda la naturaleza (Sal 148:3-10)
C) ¿CUANDO DEBEMOS ALABAR A DIOS?
1) Desde la mañana hasta la noche. «Desde el nacimiento del sol hasta donde
se pone, Sea alabado el nombre de Jehová» (Sal 113:3).
2) A lo largo de todo el día. Salmo 71:8 «Sea llena mi boca de tu alabanza,
de tu gloria todo el día».
3) Todo el tiempo que vivamos. Salmo 146:2. «Cantaré salmos a mi Dios
mientras viva».
4) En todo tiempo. Salmo 34:1. «Su alabanza estará de continuo en mi boca.
5) En tiempos de depresión. Salmo 42:11. «¿Por qué de abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío».
6) En todo. Efesios 5:20. «Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre en
el nombre de nuestro Señor Jesucristo».
D) ¿DONDE DEBEMOS ALABAR AL SEÑOR?
1) Salmo 22:22. «…en medio de la congregación Te alabaré».
2) Salmo 22:25. «de ti será mi alabanza en la gran congregación».
3) Salmo 57:9. «Te alabare entre los pueblos, oh Señor».
4) Salmo 100:4. «Entrad…por sus atrios con alabanza».
5) Salmo 109:30. «…Y en medio de muchos le alabare».
6) Salmo 150:1. «Alabad a Dios en su santuario…»