¿Qué me pasaba realmente?
No supe yo, primeramente.
Por la Palabra fui labrado;
¿Por qué anduve aflojado?
Mi corazón lo escudriñé,
También el modo en que gasté
El tiempo; y hallé en descuido
Mi devoción a lo divino.
El lunes ocupado andaba;
El tiempo no me alcanzaba;
Ni tiempo para orar hallé;
Un día de carreras fue.
El martes mucho me dormí,
Entonces apurado fui,
Fue hora de la cita ya;
No tuve tiempo para orar.
Pasé con prisa el miércoles,
Para asistir el culto, pues,
El tiempo para orar faltó;
Así mi dios se entristeció.
Y en el culto, cuando oraba,
Mi mente siempre divagaba,
Con planes para el otro día;
La voz de Dios no la oía.
Me desperté el viernes con
La mente en una confusión
Pues Satanás me enredaba;
Mi Padre no se arrimaba.
Así, habiendo él preguntado,
¿Por qué andas aflojado?”
Con gran dolor reconocí
Que realmente fue así.
Entonces me arrodillé
Con lágrimas, y confesé
Mis culpas y mi omisión,
Después, obtuve Su perdón.
Le prometí que fiel sería,
Sin flojarme, ni por un día.
No quiero tanto atarearme
Que a Dios no pueda dedicarme.
A unos el perdón pedí,
Pues en mi prisa les ofendí.
Me amaban, mas ya hecho fue
El daño que yo les causé.
Por mi descuido y caída
Mis amados Padecían
Dios, quiero ser fiel y veraz,
Sin aflojarme yo jamás.
-María Loida