¿Quién en esta vida no ha pasado por sufrimientos? No importa nuestra condición social, o el color de nuestra piel, nuestra profesión, etc.
En algún momento de nuestra vida el sufrimiento llegará. Pero nosotros los cristianos sabemos que los sufrimientos forman parte del glorioso plan de Dios para nuestras vidas (Rom.8:28). Y esos
sufrimientos no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse (Rom.8:18)
PROPOSICION: Pedro se refiere aquí a la ley cristiana del sufrimiento. Dice que después que el cristiano haya experimentado el sufrimiento y atravesado por él, Dios lo perfeccionará, afirmará,
fortalecerá y establecerá. Cada una de estas palabras tiene un significado especial. Cada uno de estos verbos nos dice algo acerca del propósito que Dios tiene al permitir que el cristiano sufra.
Estudiémoslas por unos momentos:
1.- LA BIBLIA DICE QUE: MEDIANTE EL SUFRIMIENTO DIOS PERFECCIONARA
AL CRISTIANO (katartisei = Remendar lo roto, reponer una parte que falta, madurez)
Esta palabra se usa 13 veces en el Nuevo Testamento, significa:
— Remendar (Mt.4:21; Mr.1:19)
— Perfeccionar (Mt.21:16; Lc.6:40; 1Cor.1:10; 2Cor.13:11)
— Preparar (Rom.9:22)
— Restaurar (Gál.6:1)
— Hacer aptos (Heb.13:21)
Es decir, que el sufrimiento puede proveer al cristiano aquello que
le está faltando en su carácter. Con el sufrimiento Dios se propone agregar a la vida los detalles preciosos.
Una mujer cristiana se quejaba con una amiga de los sufrimientos de su vida, de las circunstancias difíciles que le rodeaban y de las muchas pruebas que tenía que pasar. Casi desesperada terminó diciendo:
— Mejor hubiera sido no haber nacido ¿Por qué Dios me hizo esto?
— Pero querida, contestó su amiga, tú aún no estás hecha. Te falta
todavía. Apenas estás en el proceso de hacerte. Lo que sufres ahora
es la mano de Dios que te está haciendo para una vida más útil y más
hermosa (2 Corintios 4:17,18)
Los naturalistas cuentan que las perlas se forman entre los pliegues el cuerpo de las ostras. Un día se introduce allí una pequeña partícula, quizás un diminuto grano de arena. Esta partícula le
produce a la ostra una herida dolorosa, de la cual segrega un líquido gelatinoso. Con el correr del tiempo ese líquido se convierte en perla. Por eso, dicen lo poetas que, las lágrimas son el dolor hecho perlas.
Una mañana, un podador cortaba los sarmientos de una vid y ésta se rebeló contra él y le increpó diciendo:
— ¿Por qué me hieres tan despiadadamente? ¿Es que no te das cuenta que me causas dolor?
— Tú no sabes lo que te conviene, ni alcanzas a comprender mis propósitos, respondió el podador.
— Yo sólo sé que cortas mis sarmientos ¿Cómo puede convenirme esto que me causa un dolor tan profundo?
— Ya verás cuando venga la primavera ¡cuántos nuevos retoños tendrán tus ramas! Y en el otoño ¡cuántos racimos hermosos! Ten paciencia y ya veremos.
2.- LA BIBLIA DICE QUE: MEDIANTE EL SUFRIMIENTO DIOS AFIRMARA AL
CRISTIANO (steridsei = hacer fuerte como el granito)
Esta palabra aparece 14 veces en el Nuevo Testamento y significa hacer fuerte como el granito (Lc.9:51; 22:32; Hch.18:23)
Del sufrimiento el cristiano sale como el atleta que, mediante el rigor del entrenamiento, surge con una potencia que supera toda demanda de lucha. Emerge como el acero endurecido templado en el
fuego.
En Buenos Aires, Argentina, vivía un herrero que tenía una familia numerosa y muchas aflicciones y pruebas en su vida. Un amigo incrédulo le dijo un día:
— Crees en Dios y siempre estás feliz ¿Por qué Dios te aflige así?
El es misericordioso y dices que te ama ¿Por qué te aflige tanto? No lo comprendo.
— Amigo, tú no sabes algo importante que yo sé. Así como yo tomo el hierro y el yunque en mis manos, así estoy yo en las manos de Dios.
Tomo un pedazo de hierro, lo pongo en el fuego hasta quedar al rojo vivo, lo coloco sobre el yunque y lo golpeo hasta convertirlo en un
utensilio útil que preste buenos servicios por mucho tiempo. Pero el hierro que no me sirve lo echo a la basura. Así que mi oración a Dios es: «Señor, méteme en el fuego si tú quieres, hazme un objeto útil para servirte, haz conmigo lo que quieras, pero por el amor de mi Salvador, no me eches a la basura.»
Un pastor al visitar a un joyero miembro de su iglesia, le preguntó:
— ¿Cómo sabe Ud. cuando el oro está puro y se puede sacar del crisol? El joyero respondió:
— Muy fácil; cuando me miro en el oro y éste refleja mi rostro, quiere decir que ya está puro.
Así es con nosotros. Dios nos permite pasar por el crisol caliente de la prueba, y cuando en nuestra vida podemos reflejar el rostro de Jesucristo, entonces estamos puros.
3.- LA BIBLIA DICE QUE: MEDIANTE EL SUFRIMIENTO DIOS FORTALECERA AL
CRISTIANO (sthenosei = llenar de fuerza)
Esta palabra aparece una sola vez en el Nuevo Testamento y significa llenar de fuerza. Una vida sin esfuerzo y sin disciplina se convierte
en una existencia frívola. Nadie conoce lo que la fe realmente significa para él hasta que ha sido probado en el crisol de la aflicción.
El viento apagará una llama débil, pero también avivará la llama fuerte y la convertirá en un fuego intenso. Así es con la fe.
El capitán de un buque hablaba con un comerciante y conocido miembro de la iglesia y le decía:
— ¿Por qué Ud. necesita a Cristo? ¿No le va bien en su negocio? No está bien de salud? ¿No es feliz en su hogar? ¿Qué más necesita? El cristiano respondió:
— Yo le pregunto a Ud. lo mismo: ¿Para qué necesita Ud. el ancla?
¿Para que el bote salvavidas y todo el equipo de salvamento? ¿No hace buen tiempo? ¿No está todo en calma? El capitán respondió:
— Yo necesito esas cosas a bordo porque cuando la tempestad se desencadena son mi única salvación.
— Por esa misma razón yo necesito a Cristo. El es como un equipo de salvamento frente a los problemas, angustias y todas las dificultades de la vida.
Era un matrimonio feliz. Completaba su felicidad una niñita muy preciosa e inteligente. Pero un día llegó la muerte al hogar y se llevó a la madre. Aquel triste atardecer, después de despedir a sus
amigos que lo habían acompañado al cementerio, él regresó al hogar muy triste. Acostó a su hijita y se quedó a solas en su habitación pensando. A la media noche, la niñita despertó y comenzó a llorar. El padre junto a ella, en la oscuridad, la sacó de la cama y la apretó junto a su pecho. La niña le dijo:
— Papi, la noche está muy oscura. No veo tu rostro, pero te siento muy cerca. Al poco tiempo se durmió.
El volvió a su habitación, cayó de rodillas y dijo en su oración:
— Señor, la noche está muy oscura. Yo tampoco veo tu rostro, pero te siento muy cerca. Se acostó y se quedó profundamente dormido, sabiendo que, aunque en su dolor estaba rodeado de oscuridad, había Uno que estaba bien cerca de él: El Señor Jesucristo.
4.- LA BIBLIA DICE QUE: MEDIANTE EL SUFRIMIENTO DIOS ESTABLECERA AL
CRISTIANO (themeliosei = poner los fundamentos)
Esta palabra aparece 5 veces en el Nuevo Testamento y significa poner los fundamentos (Mt.7:25; Ef.3:17; Col.1:23; Heb.1:10)
Sólo cuando tenemos que enfrentar el sufrimiento es que nos fundamentamos sobre la roca de la fe. Es entonces cuando descubrimos cuáles son las cosas que no pueden ser conmovidas. Cuando la vida se desploma es cuando descubrimos qué cosas son simples decoraciones y cuáles son básicas y esenciales.
Se dice que una vez cierta joven, después de haberse arreglado para visitar a una amiga, se puso a escribir una carta. En eso, el tintero
re volcó sobre su vestido nuevo.
La infeliz joven comenzó a llorar amargamente, porque su traje se había echado a perder. Su madre se acercó rápidamente y le dijo que se quitara el vestido y lo llevó con mucho cuidado a su cuarto.
Mientras tanto, la joven continuaba llorando su desgracia. Antes que la tinta se secara, la señora trazó sobre la tela, con un pincel, un hermoso dibujo. Cuando se secó la tinta, trajo el vestido a su hija.
Esta encontró tan hermoso el dibujo que hasta se alegró de haber volcado el tintero sobre su ropa, pues el traje se había vuelto mucho más bonito que antes.
Los sufrimientos son manchas que caen sobre nosotros, pero si los entregamos a Dios, el Señor los usará para nuestro propio bien.
CONCLUSION: Debemos recordar que el sufrimiento está muy lejos de producir estas preciosas experiencias en favor de toda persona.
Miguel Angel Quevedo, de nacionalidad cubana y quien fuera editor y dueño por años de la revista internacional «BOHEMIA», viviendo exiliado en Miami, llegó al extremo de la desesperación y en una carta resumió su agonía diciendo:
«NO PUEDO MAS.» Y con un revolver se quitó la vida.
Es posible que el sufrimiento conduzca a la amargura y al resentimiento. Pero si el sufrimiento es aceptado con amor y confianza, con la certeza de que el Padre Celestial nunca hará derramar a su hijo una lágrima innecesaria, entonces, como fruto de este sufrimiento, vendrán cosas que una vida fácil nunca hubiera producido.